Buenos Aires, Argentina.- Hay muchos ejemplos de gente que se siente atraída por alguien en la “vida real” y, luego, promueve una búsqueda a través de Facebook. ¿Está bien? ¿Está mal?¿Hasta dónde es lícito exponer a un desconocido del que, en general, no se conoce absolutamente nada? Veamos el ejemplo de una mujer que busca a su gaucho argentino.
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Desde que las redes sociales se masificaron, especialmente Facebook, han ido apareciendo centenares de ejemplos de hombres y mujeres que, luego de tener algún mínimo contacto con otra persona en algún lugar público, deciden emprender una búsqueda. Antes, hubiera sido como tirar una botella al mar, pero ahora, con las redes, la cosa ha cambiado.
Desde hace algunos años, hay muchos casos de este tipo en todo el mundo y, algunos, han resultado positivos. En general, esta clase de historias/experiencias son muy atractivas para los medios, lo que magnifica aún más el “scouting“.
El problema es que esa búsqueda es pública, muy pública. Toda vez que (es lo más habitual) se hace a partir de la creación de una página especial en Facebook. Perfiles como “Busco al chica del ómnibus 33” o “Estoy buscando a este chico”, con foto incluida, siempre despierta la curiosidad de muchos y eso lo viraliza exponencialmente.
Un interesante ejemplo es el que surgió esta semana en Córdoba, Argentina, cuando una mujer se sacó una foto con uno de los competidores en un festival de doma de caballos (en Jesús María) y, cuando regresó a su casa, decidió buscarlo por Facebook. No sabía ni su nombre, así que publicó la foto de ambos y creó el perfil llamado “Buscado a mi Gaucho”.
Pero eso no es lo importante. En horas, la historia se masificó y los comentarios, a favor y en contra, aparecieron por cientos. Gente que aportaba datos del joven, gente que la criticaba por “enamorarse” sin saber nada de él (“Viste muchas películas”, le dijo uno), otros que la elogiaban por su valor (“¡Me emociona! Es para escribir un libro. Me encanta la honestidad de la señorita”, escribió otro). De todo.
La joven habló hasta por la radio de mayor audiencia en la provincia. “Me saqué una foto con él porque estaba vestido de gaucho y quería tener un recuerdo del Festival. Cuando llegué a mi casa lo vi lindo y quería conocerlo. Por eso lo empecé a buscar”, dijo.
Más allá del resultado de esta historia en particular, el debate es otro y sigue abierto. ¿Hasta qué punto uno tiene derecho de compartir una búsqueda de esta naturaleza? Las opiniones están muy divididas.