Los consumidores emplean cada vez más comportamientos y herramientas que hacen que la tecnología sea más crucial para las marcas.
De acuerdo con una proyección Statista, los compradores hacen más búsquedas, precisan encontrar a la marca y al producto en más puntos de contacto y emplean más canales para relacionarse con compañías.
Por su parte, un estudio de Google señala que se realizan una media de 12 búsquedas antes de comprar y otro de walker sands que se necesitan 15 puntos de contacto antes de que ese consumidor se convierta en un lead de calidad.
Las marcas precisan, por tanto, ser mucho más eficientes a la hora de hacerse con tecnología para gestionar los procesos de marketing.
Sin embargo, no sólo es importante contar con tecnología, también es importante hacerlo de una forma correcta y adecuada y el no ser los últimos en adaptarse a los cambios o en unirse a las diferentes tendencias.
Las compañías no son aún lo suficientemente rápidas en sus procesos de adopción a la hora de hacerse con las nuevas herramientas. Cerca de un 43 por ciento de los responsables de marketing se autodenominan early adopters y aseguran que son muy rápidos a la hora de adaptarse a los cambios tecnológicos a nivel personal.
Pero un 51 por ciento confiesa que las empresas en las que trabajan son lentas en unirse a ellos, tanto que son de las últimas en unirse a estas novedades tecnológicas. A los responsables de marketing les gustaría dedicar más dinero a invertir en nuevas tecnologías, pero se encuentran con frenos que se lo impiden dentro de la empresa.