Carlos Andrés Mendiola
@carlosamendiola
El panda está de regreso.
2008 fue el año en que “Kung Fu Panda” hizo su aparición. La historia de Po, un panda torpe que se convierte en el Guerrero Dragón, la encarnación de una profecía de gran poder, sorprendió.
Se convirtió en el tercer filme más exitoso del año con poco más de 630 millones de dólares (costó 130) e inició una franquicia que hoy incluye tres películas más, tres series de televisión (“Legends of Awesomeness”, “The Paws of Destiny y “The Dragon Knight”), cuatro cortos (“Secrets of the Furious Five”, “Secrets of the Masters”, “Secrets of the Scroll”, “Panda Paws”) y un especial de televisión. En total, las películas han ingresado más de mil 800 millones de dólares.
Además, han recibido un par de nominaciones al Oscar y en promedio tienen un 85% en el meta sitio Rotten Tomatoes. Los planes indican que la cuarta entrega no asuma aún el fin del desenlace. Las miras van a, al menos, seis en total. ¿En qué reside el secreto de “Kung Fu Panda”?
En principio, el recorrido que Po realiza se cimenta sobre el viaje del héroe. El viaje del héroe es un monomito o modelo básico, como los cimientos de una casa, que comparten gran parte de historias. Éste está presente, por dar un par de ejemplos, en los recorridos de Jesús, Harry Potter, Hércules o Frodo.
Su éxito está en que sus fases (la llamada a la aventura, el ser empujado a la acción y adentrarse en “un mundo desconocido” para enfrentar un reto y luego regresar con nuevo estatus y crecimiento) permiten una fácil identificación. Al ser un proceso, además, le da una lógica y permite ver una evaluación paulatina que es mucho más accesible. Ahora, ése no es todo el secreto de “Kung Fu Panda”.
A primera vista, está cómo se ve Po. Aunque Po no es un bebé, al ser un panda y, por ende, estar definido por una fisonomía redonda, aprovecha el sesgo de las caras de bebés.
Es un principio que revela que tenemos la tendencia de tener una actitud más positiva hacia aquellas formas que nos recuerdan a un bebé. Es un rasgo aprovechado por Hello Kitty, Grogu (Baby Yoda), Baby Groot y muchos, muchos más. Po será un adulto, pero ya de entrada cae bien. Más allá de ello, el personaje está construido con una serie de características de personalidad que lo hacen aún más accesible y entrañable.
Po es relajado y juguetón, es bien intencionado e inocente. Sin embargo, también es determinado y disciplinado. Tiene buen sentido del humero.
Es una muestra de que no se debe juzgar un libro por su portada. Esos elementos lo hacen muy accesible y también relacionable. Po puede ser cualquiera.
Cuando Po alcanza su objetivo no deja las características que lo definen. Sigue teniendo una personalidad afable. Sí, madura y es un poco más serio, pero ello no cambia el que tiene la capacidad de ver las cosas bajo una perspectiva distinta, “fuera de la caja”.
Tiene más responsabilidad y la asume, pero no deja de ser relajado. Es decir, se toma las cosas en serio, pero no demasiado en serio. También tiene un gran sentido de justicia y ve por el bien común.
De hecho, las características de Po frecuentemente lo muestran como un contrincante “menor” o “fácil”, es subestimado. Po crece ante el reto. Desde luego, no es perfecto. Es un tanto inmaduro y a veces descuidado. Ello no le reste, al contrario, suma a hacerlo un personaje “más humano”.