Una regla esencial en la redacciĂłn de contenidos -ya sean digitales o impresos, literarios, informativos o educativos- es la adecuada selecciĂłn de palabras y el uso de sinĂłnimos en el caso de la repeticiĂłn de conceptos, de manera que la lectura no sea cansada ni redundante.
Desde luego, esta norma se exige mucho más cuando se trata de alta literatura y se debe observar con mayor rigor si nos referimos a alguna publicación acreedora de un premio internacional de escritura, como el Alfaguara.
Año con año, esta editorial española que forma parte de la compañĂa Penguin Random House, premia a los más originales, impactantes e importantes tĂtulos de novela de habla hispana que se inscriben para aspirar al Premio Alfaguara, que consiste en una gratificaciĂłn econĂłmica de 150 mil dĂłlares.
Este año, el tĂtulo ganador es la novela Mañana tendremos otros nombres, del autor argentino Patricio Pron. A travĂ©s de las redes sociales, la pieza literaria se ha convertido en objeto de crĂticas por el hecho de que, tan sĂłlo en su primera página, la palabra “habĂa” se repite 33 veces.
El Premio Alfaguara de Novela fue entregado por primera vez en el año en 1965 por la Editorial Alfaguara, sĂłlo un año despuĂ©s de haberse fundado la compañĂa editorial.
El reconocimiento se entregó de manera consecutiva durante siete años hasta 1972, en ese tiempo la bonificación económica era de 200 mil pesetas.
Tras 25 años de ausencia, la editorial Alfaguara volviĂł a convocar en 1998 al premio, ahora con 175 mil dĂłlares para el tĂtulo.