Por Alan Campos
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Hace un par de meses Pelé visitó la ciudad de México para ser presentado como embajador de marca de Hublot de cara al arranque de la Copa del Mundo. En aquella ocasión ‘O Rei’ indicaba que todos los días recibe al menos una oferta para convertirse en el vocero de una o otra marca; sin embargo, reconoció que únicamente acepta aquellas en las que verdaderamente cree y que se siente cómodo anunciando, una valiosa lección que me parece Cristiano Ronaldo debería de intentar poner en práctica.
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Como muchos sabrán, el pasado lunes una marca japonesa llamada Pao Facial Fitness dio a conocer un anuncio protagonizado por el delantero del Real Madrid, y en el cual se puede observar a diversas personas utilizando una especie de masajeador bucal, situación que ha acarreado una serie de críticas para el futbolista por su negativa para utilizarlo.
Por más raro y desconcertante que pudiera parecer para la mayoría el uso del producto en cuestión, lo más extraño para todos quienes han observado la interacción de Cristiano con el mismo, ha sido su constante aversión por utilizarlo, al menos públicamente, sobre todo ante las contradictorias declaraciones positivas que se le atribuyen al jugador respecto del producto, y que sin lugar a dudas afecta de manera negativa la imagen del jugador.
Y es que aún cuando resulta obvio que el jugador no tiene injerencia alguna sobre los contratos que su representante acepta, es su imagen y credibilidad la que resulta afectada tras este bochornoso incidente, casi tanto como si diera su voto de confianza a un producto que a la larga resultara defectuoso.
Incluso la marca debería de reconsiderar su relación con un embajador que no confía en su producto lo suficiente como para siquiera probarlo, pues más allá de los beneficios que el masajeador pueda verdaderamente aportar para la salud bucal de los consumidores, el ver la actitud de Cristiano Ronaldo respecto al producto lejos de motivar la compra, la desalienta.
Es obvio que el portugués no llegó a ser el segundo atleta mejor pagado del mundo sin patrocinadores, pues estos aportan el 35 por ciento de sus ingresos anuales (28 millones de dólares); sin embargo, si debería reconsiderar la forma en que sus agentes seleccionan los contratos.