Se avecina una crisis inmobiliaria en la Unión Americana, por lo menos así parece si se analizan los datos de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas o NAHB por sus siglas en inglés. Este podría ser la gota que derrame el vaso de la economía Mexicana y del resto de América Latina. Cuando un norteamericano deja de gastar en la compra de casas, hay un efecto en cascada en el resto de la economía. Hay menos remodelaciones, disminuye el gasto en compra de mobiliario para el hogar y decrece el gasto en categorías de home improvement como Home Depot y Lowes. 

El mercado inmobiliario de EE. UU. sigue en franco descenso y en la encuesta de la NAHB muestra una caída importante en la confianza de los constructores de viviendas. Por décimo mes consecutivo en octubre la confianza de la industria de la construcción cayó a su nivel más bajo desde 2012. Hay un dato coincidente, en ese año y de nuevo en 2022 vemos tasa de interés altas en la Unión Americana y eso justifica la preocupación.

Para Redfin — una firma de bienes raíces — la clave está en ubicar el número de hogares listados a la venta que han sido descontados para ser más atractivos a los consumidores. Alrededor del 8 por ciento de los hogares listados reportaron caídas de precios durante el período de cuatro semanas que finalizó el 9 de octubre. Esa cifra marcó un récord y un aumento significativo en comparación con el mismo período del año pasado, cuando sólo el 4 por ciento de los listados reportaron recortes de precios.

Otro factor que debe tener en alerta a los constructores es una visible disminución en solicitudes de créditos para comprar vivienda. En EEUU se mide con mucho cuidado esta cifra, se estima que por cada .25 por ciento de aumento en la tasa de interés 1.1 millones de personas pierden acceso a la compra de vivienda. Las tasas hipotecarias se han más que duplicado este año a medida que la Reserva Federal de los Estados Unidos avanza con una serie de fuertes aumentos de las tasas de interés. Si bien la tasa de referencia de la Reserva Federal no afecta directamente a las hipotecas, tienden a aumentar en períodos de política monetaria restrictiva.

El aumento de precio no sólo es causado por el incremento en tasas. Las estimaciones más recientes de NAHB muestran que, a nivel nacional, 87.5 millones de hogares ya no pueden pagar la nueva casa de precio medio — es decir $412,505 dólares —. Esta cifra representa aproximadamente el 69 por ciento de todos los hogares de ese país. Visto en términos de inflación, un aumento de $1,000 dólares en el precio de una casa nueva ocasiona que 117,932 familias estadounidenses queden fuera del mercado. 

Crisis inmobiliaria: consecuencias para el mercado mexicano

Se habla poco de la capacidad exportadora de muebles por parte de México. En 2020 el país ocupó el sexto lugar a nivel mundial y el primero en América Latina. La Unión Americana importa de México 11,555 millones de dólares en muebles, casi el triple de lo que hace de Canadá pero por debajo de Vietnam y China. Es fácil comprender cuál será el impacto de la menor compra de casas en EEUU para la economía mexicana, nada más de sillones nuestro vecino del norte invierte 17 mil millones de dólares al año —según cifras de la EASI—. También la mano de obra en construcción se verá afectada y en consecuencia la transferencia de remesas. Aunque en este último tema, la pandemia demostró el nivel de resiliencia de los hispanos.

Otro tema que debemos considerar es el número importante de norteamericanos que ha decidido hacer de México su hogar gracias al trabajo remoto. La crisis inmobiliaria en el Norte naturalmente hará que las rentas suban, a diferencia del 2012 ahora es posible mudarse y trabajar desde Cancún o Guadalajara. No todas las consecuencias son negativas y en la medida en que la oferta inmobiliaria de México se mantenga con inventarios altos —como sucede ahora— habrá espacio para acomodar a la población de nómadas digitales. Las tendencias inmobiliarias en México se ven alentadoras y podrían fácilmente ser el contrapeso positivo en toda la situación.

Los indicadores financieros apuntan a una posible crisis del sector inmobiliario; no obstante, hay indicios positivos. Entre ellos el bajo nivel de inventario disponible de hogares nuevos. En México debemos estar muy al pendiente de este indicador, la gripa comienza en este sector misma que sería una pulmonía para América Latina.