- McDonald’s enfrenta una crisis de E. coli relacionada con cebollas frescas.
- Retiró temporalmente este ingrediente de su menú en varios locales de Estados Unidos.
- El brote afectó a 49 personas y causó al menos una muerte. A diferencia de la carne, los vegetales son más difíciles de controlar por la fragmentación del mercado.
La crisis de E. coli en algunos restaurantes de McDonald’s en Estados Unidos puso en evidencia una de las grandes dificultades para las cadenas de comida rápida: proteger las frutas y verduras de contaminaciones resulta una tarea mucho más complicada que mantener limpia la carne vacuna o de cerdo.
A raíz de la detección de un brote de E. coli vinculado con las cebollas frescas, la cadena de hamburguesas debió retirar temporalmente este ingrediente de sus menús en varias localidades de ese país (te lo contamos en Merca2.0), una medida que puso en agenda nuevamente las complicaciones que enfrentan los restaurantes en términos de seguridad alimentaria.
El brote, que hasta ahora se sabe que afectó unas 49 personas y provocó la muerte de al menos una de ellas en estados del Medio Oeste y Oeste de Estados Unidos, llevó al Departamento de Agricultura de Estados Unidos a señalar a las cebollas frescas como el posible origen de la infección.
En respuesta, McDonald’s retiró su icónica hamburguesa Quarter Pounder (Cuarto de Libra) de un 20% de sus locales en todo el país, una medida que busca proteger la salud de sus consumidores.
Las verduras, el problema: McDonald’s y la crisis de E. coli.
Este no es el primer episodio en el que un producto vegetal desata una crisis sanitaria. Otros gigantes de la industria de comida rápida también han enfrentado dificultades similares en el pasado, como ocurrió en 2022 cuando Wendy’s debió retirar lechuga de sus menús en varias localidades luego de que las autoridades identificaran un brote de E. coli en sus productos.
En 2006, Taco Bell vivió una situación comparable cuando se confirmó que un lote de lechuga estaba infectado con la bacteria y enfermó a 71 personas.
Estos incidentes no sólo destacan la vulnerabilidad de los vegetales ante las bacterias, sino que también reflejan una compleja problemática de salud pública que sigue afectando al sector alimenticio en general.
Diferencias en el control sanitario
A lo largo de los años, los controles de calidad para la carne de res han evolucionado hacia protocolos mucho más estrictos, lo que ha reducido drásticamente los riesgos de contaminación en este tipo de productos.
Según Mansour Samadpour, director ejecutivo de IEH Laboratories and Consulting Group y especialista en seguridad alimentaria, el trabajo riguroso que realizan empresas como McDonald’s y sus proveedores ha permitido reducir los casos de carne contaminada.
En declaraciones a Reuters, dijo: “Hemos pasado de tener que retirar carne del mercado una o dos veces por mes a hacerlo, tal vez, cada uno o tres años”.
Este avance se debe, en gran medida, a las rigurosas pruebas que se exigen.
Sin embargo, con las frutas y verduras es distinto. Aunque las pruebas de calidad también son frecuentes, estas no siempre logran detectar todas las bacterias que podrían estar presentes en los vegetales.
Samadpour dijo que “cuanto más limpio está un producto, más difícil resulta detectar la contaminación”, lo que incrementa el riesgo de que algunas bacterias pasen desapercibidas en los procesos de control.
Además, mientras que el sector de la carne ha podido mejorar considerablemente sus estándares gracias a una mayor uniformidad en el mercado, los productos agrícolas enfrentan dificultades adicionales debido a su gran fragmentación y diversidad.
Cómo superar una crisis de marca
Las crisis de marca, especialmente aquellas relacionadas con la salud pública, pueden tener un impacto devastador en la reputación de una compañía.
En el caso de McDonald’s y otras empresas de comida rápida que han enfrentado brotes de enfermedades relacionadas con sus productos, la transparencia y una respuesta rápida han sido fundamentales para mitigar el daño a su imagen.
Una de las lecciones más importantes para las empresas en estos casos es la necesidad de actuar con transparencia y adoptar medidas de mitigación inmediatas para proteger a sus consumidores.
Por otra parte, invertir en la implementación de estándares de calidad más rigurosos y colaborar con organismos reguladores permite a las empresas adelantarse a potenciales crisis sanitarias.
La experiencia de compañías como Chipotle, que contrató a especialistas externos para mejorar sus protocolos de seguridad tras múltiples brotes de enfermedades, es un ejemplo de cómo una inversión en la seguridad alimentaria puede fortalecer la imagen de la marca.
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