Estados Unidos.- Todos los empleados somos de cierta forma embajadores de la empresa para la cual trabajamos, razón por la que nuestras acciones tanto dentro como fuera del ámbito laboral pueden afectar no únicamente nuestra imagen, sino también la de la compañía que representamos, dicho fenómeno se ve extrapolado en las figuras públicas, tal y como lo ha aprendido en las últimas semanas la NFL.
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En las últimas dos semanas varios casos de violencia doméstica dentro del futbol americano han dado la vuelta al mundo, y si bien son Ray Rice, Adrian Peterson y Greg Hardy quienes han pagado el precio más alto, la imagen de la propia NFL también ha sufrido un duro impacto, no sólo entre los consumidores, sino entre sus patrocinadores mismos.
De tal modo Crest, marca propiedad de Procter & Gamble, ha anunciado que no participará con la NFL durante la campaña de prevención en contra del cáncer de mama que la liga implementa anualmente durante el mes de octubre a través de distintos artículos promocionales de color rosa, aunque sí aportará 100 mil dólares para la causa.
Otra marca que podría sumarse a Crest (de acuerdo con algunos medios estadounidenses) es Anheuser-Busch, quien dentro de su contrato cuenta con una cláusula que le permite terminar la alianza de manera unilateral si la liga se ve envuelta en un escándalo que disminuya el valor económico del acuerdo para la marca.
Cabe destacar que como medida para contrarrestar toda la atención negativa que ha adquirido la NFL en las últimas semanas, todo empleado de la liga (jugadores y directivos incluidos) deberá de participar en clases sobre violencia doméstica y ataques sexuales, mismas que serán impartidas en los próximos 30 días.