Para los turistas, las opciones que ofrecen plataformas como Airbnb son ventajosas, sin embargo para los vecinos de los lugares de alquiler y para el resto de ciudadanos de una urbe, las consecuencias son distintas, especialmente si se trata de ciudades con millones de visitantes.
La presencia de este estilo de alquiler vacacional ha redundado en muchas ciudades como por ejemplo Madrid y Barcelona, en el encarecimiento de los alquileres con la consecuente ‘expulsión’ de los vecinos, por no hablar de la especulación de propietarios y gestores, una situación que, según plantea esta nueva plataforma FairBnB busca manejarse de forma distinta.
Según sus objetivos establecidos por un grupo de jóvenes europeos para este portal, se trata de ser más justos y sostenibles. De ofrecer una experiencia más colaborativa y dejar de lado la especulación.
Su fundador es el español Sito Veracruz, quien vive en Ámsterdam, ciudad que también ha tenido que lidiar con esta problemática y que logró llamar la atención de numerosos jóvenes profesionales que decidieron discutir el problema para buscar alternativas.
De hecho comenzaron de forma simultánea a trabajar en ciudades como Barcelona, Bolonia, Valencia y Venecia además de Ámsterdam como ha comentado Veracruz al portal Sputnik, desde programadores hasta activistas, que buscaban que este tipo de iniciativas de economía colaborativa estuviesen realmente enfocadas en el bien común y no terminen como muchas convertidas en el gran negocio de algunos pocos.
Por ello la propuesta de FairBnB –aunque similar en algunos aspectos– será distinta en cuanto a que intervendrán los anfitriones, huéspedes, tiendas y vecinos, para tener un mayor control sobre las decisiones que se tomen, se formarán grupos para establecer según cada zona, que viviendas podrán formar parte de la plataforma, pero también en que proyectos locales reinvertir parte de los ingresos obtenidos con los alquileres.
Habrá también diferenciación entre agentes profesionales y quienes no lo son, para evitar que personas que no tiene licencia para ello, evadan las regulaciones y normativas.
No se cobrará comisión a los propietarios y lo que pague el huésped se dividirá en una parte para el propietario, además de un aporte para la cooperativa y otro para un proyecto comunitario de la zona en la que se ubica el alojamiento.
Se espera que comience en las ciudades en las que se ha creado esta iniciativa este mismo año, es decir, en pocos meses se podrán observar los primeros resultados en Ámsterdam, Barcelona, Bolonia, Valencia y Venecia.