Una de las propuestas más polémicas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es la construcción de un nuevo muro fronterizo, con el que supone se detendrá la migración ilegal a su país.
Las relaciones entre México y Estados Unidos siempre han sido complicadas, especialmente en las áreas comerciales y de migración.
En la década de los 90’s, durante la administración de Bill Clinton, comenzó la creación de un muro fronterizo, que sustituyó a kilómetros de malla ciclónica.
Pese a que la división física entre ambos países existe en gran parte de la línea fronteriza, la propuesta de Donald Trump de crear un enorme muro de concreto desde San Diego, California, Hasta Brownsville, Texas, le atrajo simpatías por parte de sectores conservadores de la Unión Americana.
De acuerdo con datos de Statista, hay distintas propuestas de presupuesto para la nueva versión del muro, que van desde los 12 mil millones de dólares hasta los 25 mil millones.
El muro de Trump se ha convertido en un elemento simbólico, para la ultraderecha es una estrategia antimigrantes, cargada de racismo, y para los liberales un absurdo e inútil gasto por parte de la administración actual.
En el sector de la publicidad y marketing el muro se ha convertido en un elemento para campañas que buscan generar simpatía entre los mexicanos y las personas que critican a Trump. Existen decenas de campañas, de todo el mundo, que hacen alusión a la barda fronteriza.
El caso más reciente es el de Cards Against Humanity (CAH), la compañía detrás de un juego de cartas que destaca por sus mensajes políticamente incorrectos.
El marketing de CAH ha estado cargado de comentario social sobre los problemas que vive Estados Unidos. Semanas atrás, la empresa compró una fracción de tierra en la frontera para “impedir” que se construya el muro.
Además, Cards Against Humanity creó una catapulta para destruir el muro que planea construir la administración de Donald Trump.
La realidad, y la compañía lo reconoce, es que un fabricante de cartas no puede evitar que se construya ni destruir propiedad del gobierno federal, pero invita a apoyar a varias organizaciones civiles que tienen programas en contra del muro.