Para nadie debe de ser una sorpresa que las redes sociales filtran muchos de los contenidos de nuestra red de amigos. En alguna época, circuló un post en Facebook en el que se aseguraba que las personas sólo ven el 3% de lo que sus amigos publican en esa red social (el dato no es exacto, es lo que los creadores del post afirmaban).

La realidad es que todas las redes sociales filtran los contenidos que las personas ven; esto lo hacen a partir de una serie de algoritmos que deciden qué mostrar y qué no a las personas cuando están interactuando en esas plataformas. Estos algoritmos son los grandes jueces de lo que ves en las redes sociales y son modificados continuamente en todas las plataformas, pues hay un gran número de personas, en todo el mundo, intentando descifrarlos para hacer que sus contenidos se destaquen por encima de los demás.

¿Por qué existen los algoritmos y cuál es su objetivo final?

Los algoritmos existen como una respuesta a la explosión de contenidos que hay en las redes sociales. Éstas han crecido en número de participantes y en contenidos generados por los mismos. Sin los algoritmos, todos recibiríamos mucho más contenido del que realmente podemos consumir. Además de esto, es muy probable que muchos de los contenidos no serían tan interesantes para nosotros.

El fin último de los algoritmos es mantenerte en la red social en la que estás y que no te salgas hacia otras o hacia otros sitios web. Entre más te puedan conservar dentro de la plataforma, más pueden mostrarte contenidos publicitarios y, por lo tanto, ellos pueden ganar más dinero.

¿Cómo deciden los algoritmos qué contenidos son interesantes para ti y cuáles ocultar?

En general, los algoritmos utilizan la interacción que tienes con un cierto generador de contenidos como uno de los aspectos más relevantes. Si para un cierto influencer constantemente interactúas con sus contenidos a través de likes, comentarios y shares, la red lo asume como un indicador importante de que, si te continúa presentando contenidos de ese emisor, seguirás interactuando con ellos.

La interacción con los contenidos es una señal importante, pero no es la única; las plataformas también están tratando de evaluar si el contenido es de calidad o no a través de una serie de indicadores. Los contenidos de calidad tienen un peso mayor cuando compiten con otros contenidos similares. Además de la calidad, muchas plataformas están intentando descifrar la intención del usuario con respecto a determinados tipos de contenidos. Por ejemplo, podemos tener personas que al buscar el contenido de los Premios Oscar 2020 estén interesados en las películas, actrices y actores premiados; otras pueden estar más interesadas en ver los vestidos de la alfombra roja del mismo evento. El tema puede ser el mismo, pero la intención de lo que se busca puede ser radicalmente diferente.

Además de los algoritmos, que buscan automatizar una serie de criterios de qué es relevante y qué no para cada usuario, tenemos otros factores que determinan el éxito de cierto tipo de contenidos. Por ejemplo, el horario de publicación es muy relevante, especialmente si la audiencia en tu red esta localizada en un país o en una región muy específica. Publicar fuera de horario puede no necesariamente ser filtrado por los algoritmos sino por la falta de audiencia en un determinado horario. Otro aspecto muy relevante son las tendencias, ciertas noticias, videos o memes del momento pueden viralizar y hacer que un número inusualmente alto de personas busque cierto tipo de contenidos. Estos picos de atención en las tendencias, usualmente están limitados a un día o dos, a menos de que sea un tema recurrente, lo hará relevante por más tiempo.

Los algoritmos y el interés por tener un mayor alcance en las publicaciones han hecho que ciertos influencers tiendan a uniformizar sus contenidos. Por ejemplo, algunas modelos saben que cierto tipo de fotos van a tener mejor respuesta que otras y terminan publicando fotos muy parecidas, buscando el mayor número de likes, comentarios y shares. Del mismo modo, las tendencias en plataformas como Twitter hacen que la conversación de muchos de los miembros de la comunidad se concentre en las tendencias del momento.

Es muy importante tener cuidado con no uniformarse buscando maximizar los algoritmos o las tendencias. Las personas tienen una “voz” y una “persona digital”. Si consistentemente nos uniformizamos con lo que creemos que los algoritmos van a privilegiar nuestra voz, dejamos de ser diferentes a los demás; convirtiéndonos en un participante más. Si por el contrario buscamos ser auténticos, aunque algunas veces eso signifique sacrificar alcance, a largo plazo tendremos una voz auténtica, honesta y diferenciada de las demás.

Encontrar voces auténticas, en un mar de voces cada vez mayor, es tan refrescante que nos asegura éxito, proyectando nuestra personalidad. No le tengas miedo a los algoritmos, ¡sé tú mismo!