El día de hoy se dio a conocer que la batalla legal entre Costco y Tiffany llegó a su fin. Hablamos de una cuestión legal que habría llevado a ambas empresas más de una vez por una denuncia relacionada con piratería.
Hace cerca de ocho años, un cliente de Costco dio aviso a Tiffany sobre la venta de anillos de compromiso en la mencionada tienda que en la caja se anunciaban como “Tiffany”.
La marca de accesorios investigó y confirmó lo denunciado, para después ponerse en contacto con Costco y hacerle saber que los mencionados anillos y sus diseños constituían una infracción y una falsificación.
Costco aseguró que en el plazo de una semana retiraría todos los carteles y demás promocionales que contenían la palabra Tiffany.
Los antecedentes
Fue entonces cuando hacia 2013, Tiffany demandó a Costco por infracción de marca y falsificación por la venta de estas joyas que, supuestamente, habrían hecho uso ilegal del nombre de la marca.
En aquel momento, un juez de distrito declaró que Costco era responsable de la supuesta venta con un uso ilegal de la marca de accesorios, con lo que un jurado civil le otorgó a Tiffany más de 21 millones de dólares en daños punitivos y lucro cesante.
No obstante, hacia mediados de agosto del año pasado, el 2º Tribunal de Apelaciones de Manhattan emitió una nueva sentencia que favoreció a Costco bajo el argumento de que “jurados razonables” podrían encontrar que Tiffany “no es sólo un nombre de marca, sino también un término descriptivo ampliamente reconocido para un estilo particular de engaste de anillos, con lo que no es probable que confunda a los clientes.
En aquel momento, la Vicepresidenta Senior y Consejera General de Tiffany, Leigh Harlan, dijo que la compañía estaba decepcionada por la decisión del tribunal.
“Seguimos creyendo que el Tribunal de Distrito estuvo correcto en sus conclusiones, y que el fallo del jurado sobre los daños, que resultó en una indemnización de 21 millones de dólares para Tiffany & Co., es un claro indicador de la fuerza de la marca Tiffany y de la indignación del jurado por las acciones de Costco“, afirmó la vocera en un comunicado al tiempo que aseguró “no tenemos ningún reparo en volver a juzgar este caso, y seguimos confiando en que un jurado encontrará falsificaciones e infracciones en un nuevo juicio, tal como lo dictaminó originalmente el juez del Tribunal de Distrito”.
¿Costco ganó?
Este problema de casi una década ahora parece haber llegado a su final, luego de que este martes fuera anunciado un acuerdo entre ambas marcas.
Y es que tal y como lo informaron tanto Tiffany como Costco en sus respectivos comunicados de prensa, esta demanda se ha solucionado con lo que calificaron como un “acuerdo amistoso” del cual aunque no se presentaron detalles sobre los términos, si queda claro que Costco se libró del pago de una indemnización por 21 millones de dólares.
En este punto es justo reconocer que, de acuerdo con los documentos del tribunal, se calcula que cerca de 3 mil 349 clientes compraron los anillos Tiffany que pusieron a Costco sobre las cuerdas.
Aunque sin saber los términos del acuerdo es imposible determinar quien fue la marca más beneficiada por este acuerdo, lo único que queda en claro es que este asunto relacionado con la delgada línea entre la inspiración y la dilación de la propiedad intelectual, puso cuando menos de momento en una posición poco favorable a Costco.
Las acusaciones de plagio o robo de imagen no son menores y tienen un duro impacto en la manera en la que los consumidores entienden a las marcas.
La relación es confusa si consideramos que para los consumidores la piratería parece ser algo normal.
A decir de los hallazgos entregados por CIDAC, en el país 8 de cada 10 mexicanos asegura ser consumidor de piratería. Más preocupante es reconocer que 85 por ciento de los mismos utiliza como argumento que este modelo les permite comprar productos a los que de otra manera no tendrían acceso.
Al mismo tiempo 3 de cada 4 mexicanos afirma que todo el mundo lo hace, mientras que dos tercios de la población asegura que se trata de una práctica que impide que las grandes corporaciones y empresas se enriquezcan.
De hecho, el 60 por ciento de los consumidores aunque reconoce que es ilegal, no consideran que la piratería y el incorrecto manejo de los derechos de autor sea un delito grave.