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Se espera que esta medida no impida que los consumidores puedan comprar automóviles, si así lo desean
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De acuerdo con las marcas, esta decisión se tomará para proteger a los trabajadores del coronavirus
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Asimismo, se usarán estas semanas para determinar mejores prácticas de producción para cuando reanuden actividades
En la crisis por el patógeno de Wuhan, hay dos tipos de compañías. Aquellas que, tarde o temprano, deciden detener operaciones para poder evitar que más personas se contagien por el coronavirus. Y también están las organizaciones que, por necedad o necesidad, deciden continuar operando de forma física, aunque sea parcialmente, para continuar prestando sus servicios. En cada uno de estos grupos se pueden mencionar varias marcas de calibre global.
Al grupo de quienes decidieron suspender operaciones por el coronavirus, se encuentran Ford y GM, dos de las compañías automotrices más grandes de todo el mundo. De acuerdo con AdAge, las empresas acaban de anunciar que van a detener las operaciones de manufactura en toda la región de América del Norte. Así pues, no solo Estados Unidos (EEUU) y Canadá dejarán de producir autos. También México, un punto neurálgico de ensamblaje, se detendrá.
La idea es que esta medida permita a los trabajadores de las plantas de manufactura estar a salvo en sus casas, para evitar contagios por coronavirus. Las compañías apuntaron que van a empezar a reducir sus tareas de producción de forma escalada, para que el impacto de su paro no sea tan grande. Se espera que esta medida aplique hasta el próximo 30 de marzo. Sin embargo, podría ser posible que esta decisión se extienda por algunas semanas más a futuro.
Parálisis por el coronavirus
Varias industrias empiezan a mostrar síntomas graves por la pandemia. La tecnológicas de los EEUU se verían afectadas por un escándalo de privacidad por una propuesta del gobierno en torno al control del coronavirus. La organización de eventos deportivos se vio golpeada tanto por la cancelación de certámenes como por infecciones de ciertas figuras clave. Varias marcas relacionadas a viajes y turismo aparte caminan una delgada línea en su manejo de reputación.
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La decisión de Ford y GM parece prudente. Al final, por más medidas que se tomen, si la gente acude a los lugares de trabajo es posible que el coronavirus termine por expandirse de una forma más agresiva por la población. Además, un par de semanas de parálisis productiva (que además es voluntaria) parece un pequeño precio que pagar a tener que cerrar las fábricas en el futuro durante mucho más tiempo.. Así, es claro que se trata de una decisión estratégica.
Por supuesto, el reto no llegará ahora, sino después. El coronavirus probablemente limite el ansia de los consumidores por adquirir nuevos bienes, entre ellos automóviles. Pero una vez que la crisis pase, las marcas tardarán un poco en recobrar actividades. Y tal vez los hábitos de la población se reactiven mucho más rápido. Así que, potencialmente, podríamos ver una escasez de vehículos en el mediano plazo, si no hay una buena planificación de re-arranque.
El drama de la industria automotriz
Curiosamente, las marcas de vehículos y el coronavirus han tenido una relación muy tóxica casi desde el inicio de la pandemia. La primera semana de febrero empresas como Honda, Toyota, Tesla, Nissan y Ford tuvieron que detener su producción en Asia para poder detener el avance de la pandemia. Hace unas horas, se reportó que muchas plantas de México estaban ya presentando ausentismo y escasez de componentes. Incluso llegaron a iniciar cuarentenas.
Varios expertos confirman que los síntomas del coronavirus son más graves en este sector. De acuerdo con la NBC, se enfrentan a pérdidas de hasta siete mil 300 millones de dólares por cada semana sin compras. Las asociaciones de trabajadores en EEUU apuntaron, según el New York Times, que iban a tratar de abordar este reto junto con las mismas marcas. Y según el Wall Street Journal, ya desde hace un tiempo que empiezan a sufrir bajo interés del público.