AtrĆ”s quedaron esos tiempos en donde lanzĆ”bamos campaƱas de publicidad masivas e impersonales; donde prĆ”cticamente forzĆ”bamos al consumidor o al usuario a adaptarse a nuestro pensar y poco nos ocupĆ”bamos de la retroalimentaciĆ³n.
En nuestros dĆas, con el surgimiento de las redes sociales, la interacciĆ³n con nuestros clientes no sĆ³lo se ha hecho posible, sino ademĆ”s obligatoria, porque de pronto nos dimos cuenta que antes de ser consumidores o usuarios, son personas con inquietudes, sueƱos, expectativas y emociones, elementos tan poderosos que pueden marcar la diferencia entre que nos compren, nos recomienden o nos defiendan a nosotros la competencia.
En el caso especĆfico del sector financiero, tratamos con elementos muy sensibles para cualquiera, que van desde cuestiones materiales como su casa o su auto, que finalmente representan su patrimonio, hasta temas mĆ”s importantes como su salud y su vida. Por ello es tan trascedente que desarrollemos relaciones de confianza, que sĆ³lo lograremos a travĆ©s de una interacciĆ³n constante y efectiva.
La conversaciĆ³n con el usuario no sĆ³lo debe basarse en escucharlo, sino tambiĆ©n en entenderlo. Es imprescindible interactuar con el mercado sobre los aspectos que le interesan en su vida cotidiana, adicionales a la compra, uso y consumo de los productos anunciados.
De esta forma podremos identificar elementos que nos permitan ser parte del entorno, y dejaremos de ser vistos como un ente externo que solamente busca vender algo o lucrar con ellos de alguna manera.
Hablar de conversaciones es referirse al poder de las palabras, dado que un concepto por muy usual y cotidiano que parezca, tiene significados particulares que definen a cada audiencia, grupo o individĆŗo. Por ejemplo, si salimos a las calles (o a las redes) y le preguntamos a una persona quĆ© elementos componen la identidad latinoamericana, las palabras que saltan son sol, playa, alegrĆa, afecto, por mencionar algunas. Si bien en el caso de un servicio financiero es complicado incluir un valor tangible relacionado directamente con el sol y la playa, si podemos utilizar esta informaciĆ³n para generar una campaƱa de comunicaciĆ³n empĆ”tica.
Actualmente, la comunicaciĆ³n con los grupos de interĆ©s es trasversal y los formatos son menos formales. Estamos obligados a generar mucho mĆ”s contenido, que no sĆ³lo debe ser utilitario, sino tambiĆ©n entretenido, y a brindar al consumidor un espacio de reflexiĆ³n para ser genuinamente cercanos y empĆ”ticos.
Aunque las redes sociales son un medio favorable para generar conversaciones con nuestros grupos de interĆ©s, es imperativo que incorporemos tĆ³picos y temas donde converjan las inquietudes del segmento y el territorio de marca.
La reflexiĆ³n favorecerĆ” a la diferenciaciĆ³n de la marca, llevĆ”ndola de un concepto transaccional a un enfoque empĆ”tico y humano. Pero para poder identificar los componentes que nos llevarĆ”n a dar un valor agregado a nuestros consumidores o usuarios, primero debemos saber escucharlos.