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Responder una agresión con mayor agresión no llevará a nada.
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Los estímulos negativos llegan de todas partes y el trabajo no es la excepción.
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Recuerda que se supone que en un trabajo todo se mueve en pro de un objetivo claro.
Todos tenemos problemas emocionales, en mayor o menor medida. La sobrecarga y el estrés laboral pueden detonarlos a un nivel que puede llegar a ser peligroso para tu salud. Todos tenemos un límite, aunque la sociedad nos obliga a interactuar de manera moderada con los demás, no siempre podemos llevar a cabo este propósito. Somos seres emocionales y a veces la tristeza, el miedo o el enojo nos paralizan y nos llevan a un lugar que es mejor mantener en privado. En un trabajo, es especialmente delicado que pasen situaciones así, no sólo por mantener una actitud profesional, sino para no afectar tu rendimiento ni la productividad. La inteligencia emocional no es algo sencillo de dominar, pero existen algunos trucos que te piden apoyar para controlar tus emociones en el trabajo de una mejor manera.
La pandemia de COVID-19 nos empujó a un sitio donde muchos no esperábamos estar. Las presiones laborales se hicieron más grandes con el “home office” y ante el estrés que comenzó a dominarlo todo, no supimos cómo comunicarnos efectivamente. Sin embargo, es importante hablar de estos temas y de procesos que no nos parecen adecuados o que no funcionan para nosotros, de lo contrario terminaremos explotando. Este tipo de pláticas se tienen que dar en un entorno lo más tranquilo posible, algo que nos permita conversar sin pleitos y con un nivel emocional moderado. Es imposible deshacernos de todos los matices emocionales que habitan nuestro ser, pero existen circunstancias donde es mucho más benéfico aprender a dominarlos a un nivel manejable.
Aprende a reaccionar
Los estímulos negativos llegan de todas partes y el trabajo no es la excepción. En este caso, tu primer impulso podría ser actuar bajo el enojo o lo primero que logres sentir. Haz una pausa, ponte un alto y no trates de solucionar las cosas de inmediato sin antes tener la cabeza fría.
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Estudia la empatía
Aunque solemos creer que nuestros problemas son los únicos que existen en el mundo, la realidad es que vivimos en una sociedad repleta de otras personas, con necesidades distintas y diversos puntos de vista. Practica ponerte en los zapatos del otro, para nivelar más tus emociones, ya que no eres el único que se siente mal.
El bien común
Recuerda que se supone que en un trabajo todo se mueve en pro de un objetivo claro. En este sentido, todos deben laboral para un bien común, así que si hay algún conflicto, no olvides este punto. Piensa, como dijimos en el punto anterior, con empatía.
No entres en el ciclo
Responder una agresión con mayor agresión no llevará a nada. El estrés y la presión pueden llegar a ser demasiado, pero dejarte llevar por las emociones negativas sólo creará un ciclo vicioso del que te costará trabajo salir. Así que no enfrentes los problemas con más problemas, ni el fuego con más fuego.
Habla claro
La comunicación es una parte fundamental para resolver cualquier problema. Cuando se habla de temas laborales, es importante que tengas los hechos claros. Habla de una manera tan objetiva como puedas sin que las emociones se apoderen de ti.