Hemos formado un buen equipo de trabajo, lo hemos capacitado de manera adecuada, la mayoría de los miembros del equipo tienen más de un año con la empresa, todo está muy estable y de repente cuando todo está funcionando de manera perfecta porque los objetivos que se plantearon se están cumpliendo, tenemos una salida masiva por parte del equipo, la verdad es que se pone en verdadero predicamento al líder de dicho equipo, porque se encontrará en el dilema de empezar a realizar una labor de reclutamiento para contratar a gente que venga de fuera para llenar el hueco que dejaron, o mover a las piezas que tiene dentro del equipo para que ocupen las posiciones que dejó la gente que salió de la compañía.

Desde mi punto de vista si tenemos dentro de la organización a gente con el perfil y experiencia adecuada para ocupar una de las posiciones que quedaron desiertas, debería ser la gente que debe tomar la oportunidad y demostrar que ha tenido una adecuada capacitación que le permitirá asumir una responsabilidad mayor a la que usualmente estaba acostumbrada.

En ocasiones es mejor ocupar las posiciones de menor rango jerárquico con gente que venga de afuera, para que tengan la oportunidad de conocer el sistema desde lo más básico y la gente que movimos a posiciones con un nivel jerárquico mayor los empiecen a coachear para que en cuanto haya una oportunidad de que tengan una promoción al siguiente nivel, no exista la menor duda de que llegarán con la preparación adecuada.

Una de las claves que puede darnos la pauta para decidir entre tener que mover a una de las personas dentro de la organización o contratar a alguien que venga de fuera, es el tener a un buen departamento de reclutamiento y selección. Si no confiamos en la gente que tenemos para ocupar posiciones de niveles más altos, vamos a tener que voltear afuera porque seguramente los encargados de reclutamiento, nos conseguirán gente con el talento que necesitamos, pero si no confiamos en la gente que recluta porque se tarda mucho para conseguir candidatos con suficiente capacidad o los exámenes que aplican no son los adecuados para la posición que necesitamos, entonces nos estarán obligando a voltear a ver al personal que tenemos dentro de la empresa.

Una desventaja de contratar a gente externa radica también en que les llevará tiempo entender el sistema, lo que pretende el líder del equipo, un período de capacitación y si al final resulta que no era la persona indicada para el puesto, habremos perdido valioso tiempo, esfuerzo y sobre todo una pérdida de productividad que se podría traducir en mermas para la compañía.

La ventaja de darle la oportunidad a uno de los miembros del equipo para que ocupe una posición de mayor nivel jerárquico también tendrá una enorme influencia en el resto del equipo, porque automáticamente la moral tendrá una mejora significativa, pues sabrán que si hacen las cosas de manera correcta podrán aprovechar las oportunidades que se les vayan presentando, lo cual les ayudará en su formación y crecimiento profesional, que es de lo que se quejan muchas veces los empleados dentro de las compañías al señalar que no tienen para donde moverse.

Para tener éxito en la decisión de recurrir a personal que está en la organización o contratar a gente de fuera, debemos hacer un análisis a fondo de que es lo que más conviene en ese momento y dependerá de la situación en la que nos encontremos, porque no es lo mismo reemplazar a una persona que a tres o cuatro de un solo golpe, lo que si debemos estar conscientes es que serán decisiones que resultarán trascendentales para la organización y para el equipo de trabajo al que pertenecemos, porque una vez tomada la decisión las cosas podrían mejorar, pero también podría ocurrir lo opuesto y ahí sí que las cosas se podrían poner color de hormiga.