Hoy en día, contar con talento femenino al interior de las empresas habla de la diversidad y equidad en sus políticas. La responsabilidad social se traduce en un valor agregado en el mercado y diferenciador de la competencia. En LinkedIn un top influencer de Recursos Humanos de la red social contó que junto con un cliente habían contratado a una candidata embarazada y demostraba excelentes resultados, los usuarios aplaudieron el post y festejaron la eliminación  del prejuicio en RH.

Y es que las mujeres que se incorporan al mercado laboral, en más de una ocasión, se encuentran en situaciones de desventaja aún cuando exista la misma capacidad, nivel de estudios, formación y desempeño que los hombres.

Empresas inclusivas

Como parte de la globalización y del proceso de cambio de la sociedad, la inversión en diversidad se convirtió en un factor estratégico para que las organizaciones capten y retengan grandes perfiles.

Para adoptar el concepto de inclusión, no basta con nombrarlo se tiene que llevar a cabo mediante estrategias de responsabilidad social y la hora de desarrollarlas se tienen que vincular los procesos de Recursos Humanos con el reclutamiento y selección.

La diversidad e inclusión lleva al desarrollo de productos exitosos y traen beneficios potenciales, como la mejora en la toma de decisiones, mayor resolución a problemas, mayor creatividad e innovación. También ofrece a las organizaciones la capacidad de competir en los mercados globales.

Acabar con la discriminación de género: el reto de las empresas y del mundo

Hasta agosto de 2021, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojo que en México solo 1 millón de trabajadores tienen ingresos superiores a cinco salarios mínimos diarios (21 mil 255 pesos por mes) y de esa cantidad solo el 29 por ciento son mujeres y el 71 por ciento son hombres.

La desigualdad entre mujeres y hombres es una de las cuestiones más persistentes del mercado; las mujeres son discriminadas con mayor frecuencia.

La discriminación por razones de embarazo es un fenómeno común en el ámbito laboral y se produce cuando una empresa u colaborador tratan desfavorablemente a una mujer empleada o solicitante de un puesto de trabajo pues se tiene el prejuicio de que no podrán ejercer su trabajo como debe ser.

En 2017, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) dió a conocer que de 2011 a 2017 recibió 3 mil 101 expedientes de quejas y reclamaciones por presuntos actos de discriminación convirtiéndose en la principal causa de discriminación laboral, seguida de una condición de salud (586 quejas), por apariencia (387 quejas) y alguna discapacidad (345 quejas).

Tomando en cuenta el contexto desfavorable, Gianluca Rosania, top 10 HR Influencers by Go Integro contó que un cliente y el contrataron a una candidata embarazada.

“Ella está feliz: saber que alguien le dio una oportunidad sabiendo que estaba embarazada le hace feliz”, describió en su cuenta de LinkedIn.

Y con afán de concientizar una situación normal como es el embarazó dijo que dar a luz es normal y no debería de ser un problema “para ninguna organización manejar la maternidad sin problemas”.

Los usuarios aplaudieron la situación y festejaron que la contratación priorizara a las personas por lo que pueden aportar sin importar su condición, edad, color de piel, etc.

“¡Que la inclusión priorice siempre!”, dijo Liliana Pauleth Arichávala, Ejecutivo Financiero en PRODUBANCO.