Carlos Ghosn ha sido señalado este viernes por la automotriz nipona de recibir presuntamente de forma ilegal un ‘pago’ cercano a los 9 millones de dólares, lo que se sumaría a otras acusaciones sobre irregularidades que habrían sido detectadas en Nissan.
Quien fuese hasta pocos días después de su detención –el pasado 19 de noviembre– presidente del conglomerado Nissan-Mitsubishi, habría recibido los 8,91 millones de dólares entre abril y noviembre del año pasado y habría sido realizado por una empresa establecida para crear sinérgias entre ambos fabricantes, solo que el contrato fue redactado por un tercero que no tenía la autorización de las marcas para hacerlo.
Así mismo, Ghosn se enfrenta a los señalamientos de la fiscalía de Tokio por la presunta ocultación de remuneraciones millonarias que habría pactado con Nissan, para recibirlas supuestamente tras su retiro, además de otras irregularidades financieras.
Fueron estas acusaciones las que han llevado a Mitsubishi, controlada por Nissan desde 2016, a realizar su propia investigación interna, y cuyo hallazgos han sido develados este viernes por la empresa nipona, que aseguró en un comunicado que Ghosn habría recibido “ilegalmente” de esa empresa creada por ambos fabricantes, esos pagos que fueron ocultados y de los que se dieron cuenta tras la información aportada por Nissan.
La empresa llamada NMBV abonó desde abril hasta noviembre del año pasado –con dinero de Mitsubishi y Nissan – un total de 17,8 millones de dólares como “abono de servicios” de los cuales Ghosn recibió supuestamente de forma ilegal 8,91 millones de dólares que eran parte de su contrato de remuneración en el que se vinculaban a NMBV y al directivo.
Lo que no estaría en orden es, según señalan en el comunicado, que el contrato “fue cerrado por una persona que no estaba autorizado a hacerlo en NMBV y, además, en NMBV no se siguió el procedimiento apropiado para pagar cualquier remuneración al Sr. Ghosn”.
Por último, Mitsubishi aseguró que la directiva de la automotriz no tenía información sobre el acuerdo y que podría por todo esto exigir al directivo, junto con Nissan, las responsabilidades que pudieran derivarse de su actuación. Una situación que para el directivo, por los momentos no hace sino complicarse.
