Cuando se habla de Content Marketing, siempre se asocia con las marcas poderosas y las grandes empresas, ello porque suponen contar con abultados presupuestos y un considerable potencial de negocio, lo que les permite crear estrategias y acceder a herramientas suficientes para impactar a sus audiencias.

El hecho de que las pequeñas empresas no cuenten con el personal o el presupuesto que tienen las organizaciones de mayor tamaño, no impide que el marketing de contenidos pueda ser una alternativa interesante para difundir los mensajes de su marca de forma efectiva.

La definición de Content Marketing tiene diversas acepciones y así, el de las pequeñas empresas tiene el uno propio: es un enfoque estratégico que implica crear contenido y divulgarlo a una audiencia de interés, con el objetivo de generar beneficios a una pequeña empresa.

Y así es, el Content Marketing para pequeñas y medianas empresas conlleva varios beneficios. Por un lado, es relativamente asequible, la inversión puede ser hasta 60 por ciento menor que otras alternativas de marketing o publicidad.  Y, si se hace correctamente, puede aumentar la confianza de la marca, las ventas y el número de clientes que regresan.

Crear e implementar una estrategia de marketing de contenidos para pequeñas empresas no es tarea fácil. Exige una cuidadosa planificación, investigación y un enfoque en contenido de calidad, si lo que se pretende es marcar una diferencia para su empresa.

El primer requisito es tener habilidades básicas de escritura, que le permitan crear contenido útil, confiable y de alta calidad. Es la primera aduana que hay que pasar. Es tan abundante la información a la que tienen acceso los consumidores, que un texto sin atractivo se discrimina con solo leer el primer párrafo.

Un buen texto también es resultado de una profunda investigación. Hay que explorar un tema desde todos sus ángulos, recurrir a fuentes internas y externas para identificar aquellos datos que se pueden convertir en buenas historias o en contenido de valor. Esa investigación incluye conocer perfectamente a nuestro público objetivo. Debemos de asegurarnos de que realmente los comprendemos, entendemos sus intereses y sus hábitos de compra.

La forma de presentar los contenidos puede ser determinante. Hay que entender que el Content Marketing es una estrategia a largo plazo y qué para mantenerla viva, esta debe abarcar varios canales y muchos formatos. Lo más básico es difundir algunas publicaciones a través del sitio web, quizá un blog y algo de redes sociales. Pero eso puede ser no suficiente, ni articulado. Lo recomendable es invertir parte del presupuesto en un especialista que se encargue de preparar una estrategia acorde a sus necesidades.

En las pequeñas empresas se podría pensar que lo anterior le va a quitar mucho tiempo. Se dice que un pequeño empresario puede llegarle a dedicar hasta dos horas a producir un solo post. Entonces, habría que ponderar que es más económico, hacerlo yo mismo o contratar a un escritor independiente que optimice mi tiempo o también, por qué no, involucrar a otros empleados en esta tarea.

Para facilitar el trabajo de producción de contenidos, existen un sinfín de herramientas en la red, muchas de ellas gratuitas, para estructurar contenidos y presentarlos de manera profesional. La tarea es encontrar aquella que mejor se adecúe a su situación, ya sea para desarrollar una campaña de email marketing, diseño de plantillas o infografías, diseño de blogs, fotografías, infografías, videos y GIF´s

Otro ingrediente importante para el éxito de una estrategia, es promover los contenidos. El correo electrónico no es suficiente para exponerlos. Se requiere buscar otras alternativas y la explotación al máximo de su ecosistema digital, por limitado que este sea. El marketing en solitario, ya no funciona, y acercarse a profesionales conlleva elevar el porcentaje de efectividad en la construcción de la reputación y la atracción de públicos.

Como cualquier nueva organización, en la pequeña empresa el marketing de contenidos puede parecer al principio intimidante. No tengan miedo de intentarlo. No tengan miedo a fallar. No tengan miedo a invertir. Un buen enfoque en la creación y evaluación, dará como resultado una estrategia dinámica centrada en la excelencia del contenido y no solo en el hecho de producir más ruido.