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El caso expuesto por la contadora y comensal del que dijo, era un restaurante de renombre, recuerda el reto que hay en atención al cliente y en combatir malas prácticas como la cosificación.
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Desde cosificación hasta discriminación, el consumidor como una contadora es víctima de todo tipo de incidentes en atención al cliente.
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La anécdota contada por la contadora en pleno 8M, nos recuerda lo importante que es reflexionar sobre la situación ante la cual se enfrentan las mujeres.
Una mujer, quien en redes sociales se identifica como una contadora, ha narrado cómo ha acudido a un restaurante que calificó de renombre y cómo al final se ha dado cuenta que la atención que recibe, se debe a que la han confundido con la esposa de un “hombre importante” y no por su valía.
El caso es interesante de analizar, porque la mujer acabó siendo víctima de cosificación por parte de un establecimiento comercial y demuestra las grandes deudas sociales y culturales, que las marcas que brindan un servicio tienen con los consumidores.
“Regularmente voy a comer a un restaurante de renombre. Notaba que me daban un trato VIP, que para nada es queja. Hoy me enteré que me han estado confundiendo con la esposa de un ‘Sr. picudo’. No pienso desmentirlos, si me cachan y desgreñan, pues ya estará de Dios”, explicó en su mensaje.
“Regularmente voy a comer a un restaurante de renombre. Notaba que me daban un trato VIP (…) No pienso desmentirlos, si me cachan y desgreñan, pues ya estará De Dios.”
— Iraís (@iraisamv_) March 8, 2022
La denuncia en pleno 8M, donde se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, fecha que invita a la reflexión del papel que juegan y cómo son víctimas de todo tipo de situaciones, así como las oportunidades de poder mejorar su entorno, destaca el reto que hay para poder trabajar en mejores prácticas entorno a estas personalidades.
Cosificación, no solo en restaurantes, también en disfraces
El tema de la cosificación se manifiesta en todo tipo situaciones. Desde el caso denunciado por una contadora, donde el trato que recibe en un restaurante se debe al ser confundida por la esposa de un hombre “importante” hasta un disfraz.
Hablar de la cosificación de la mujer, es hacerlo de una materia que ha detonado activismo del consumidor”
Un caso muy importante al respecto ocurrió cuando un disfraz de “enfermera sexy” generó polémica en redes, por denigrar la labor de las enfermeras y el tema se sensibilizó más cuando escaló el disfraz de la vacuna sexy, exhibiendo una enorme deuda cultural con relación a la mujer.
En su momento, estos casos de disfraces generaron incluso la postura del sindicato español de enfermeras SATSE, al hacer activismo escribiendo a plataformas como Amazon, para pedir que dejaran de vender dicho producto, con el argumento de que se dañaba su imagen como enfermeras y se demeritaba su recnocimiento social, crucial para llevar a cabo su labor.
Esta cosificación es todo un reto al tener que abordar y nos recuerda que ha una serie de pautas con las cuales se tiene que definir qué prácticas pueden ser desterradas por parte de las marcas y los servicios que ofrece tanto físicos como digitales.
En el caso de la contadora, quien advirtió cómo la cosificación se da contra las consumidores a través de atención al cliente, se revela el reto que hay en el mercado de poder identificar e qué áreas hay acciones de oportunidad tanto de inclusión como de equidad.
Cifras de plataformas como Statista, han resultado de ejercicios muy interesantes, como comparar a cinco compañías tecnológicas, donde Apple se coloca en el tercer lugar como empresa que cumple con equidad de género; Amazon y Facebook están a la cabeza del estimado, pero con apenas 45 por ciento y 37 por ciento, cada una, develando lo importante que es hoy en día establecer referentes únicos.