Actualmente la compra de ropa de segunda mano se volvió en una alternativa para millones de personas, algo que llego para quedarse durante los próximos años y que inclusive vencerá al mercado fast fashion dentro de la industria de la moda.
En medio de la crisis sanitaria, el tema de la sustentabilidad de convirtió en un eje por el cual muchas marcas buscan impactar a los consumidores, sin embargo, el mercado de reventa tomará una ventaja sobre las nuevas colecciones de los minoristas tradicionales, por lo que para el 2030 se espera que este sea el doble del tamaño del fast fashion.
De acuerdo con un informe global realizado por Thredup, una tienda en línea de segunda mano, y la firma de investigación de mercado GlobalData, el mercado que le da una segunda oportunidad a las prendas crece 11 veces más rápido que el comercio minorista tradicional, por lo que su valor llegará a los 84 mil millones de dólares para el 2030, mientras que se prevé que el fast fashion valga cerca de 40 mil millones.
Segunda mano vence a moda sostenible
Aunque los intentos de las marcas por crear colecciones bajo el concepto de ‘sustentabilidad’ son bastos, esta estrategia no será suficiente para vencer a la ropa de segunda mano, pues cada vez son más los consumidores que apuestan por esta nueva forma de comprar.
Ante ello, cada vez son más los pequeños comercios que ven una oportunidad en este sector y con ello que la batalla para las minoristas ya no sea solo entre las marcas competencia, sino también sobre quienes revenden incluso su propia ropa.
Según el mismo informe, en Estados Unidos 118 millones de consumidores intentaron revender algún producto por primera vez en los últimos 12 meses, en comparación a los 36,2 millones que lo intentaron un año previo a la llegada de la pandemia de coronavirus.
Problema para las marcas y el fast fashion
A pesar de lucir una bandera más ‘ecológica’, algo que tanto los Millennials y la Generación Z agradece, esta no es suficiente para lograr ventas efectivas por cuestiones como el precio, el greenwashing y lo que las propias marcas colocan como sostenible, pues esta suele ser menos inclusiva y transparente que la ropa de segunda mano.
Es claro que esto marcara un cambio dentro de la agenda de las grandes marcas de la industria del vestido, así como para los especialistas en marketing, pues deberán crear más y mejores estrategias que convenzan al consumidor de comprar un nuevo artículo sostenible en lugar de recurrir a una tienda de segunda mano.
En México, un 47% de las personas entrevistadas en un estudio Statista Global Consumer Survey en 2020 declaró haber comprado al menos un artículo de segunda mano durante los últimos doce meses, donde la ropa lidera la categoría que los mexicanos compras más por esta modalidad, seguido de los aparatos electrónicos y los segmentos de libros, películas, música y juegos.
Conforme al mismo estudio, México es considerado como el tercer país con compras de segunda mano en el mundo, detrás de Polonia (51%) y Reino Unido (50%) donde la afición de las compras de segunda mano es mayor.
Aunque el futuro del mercado puede llegar a ser muy versátil, lo cierto es que el reutilizar prendas y otros artículos llegó para quedarse, por lo menos varios años más, ante lo cual es importante ver si lo que empezó como un comercio informal, puede convertirse en un nuevo comercio emergente del cual se formarán nuevas empresas.
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