En un escenario que muestra a los salarios aumentando por debajo del incremento de los precios, la retracción del consumo era imposible de evitar en Argentina.
Con menor presupuesto, las familias ven limitado su poder de compra y, ante esa realidad, enfrentan estrategias para llegar a fin de mes.
La inflación de 2016 fue de casi el 40%, la de 2017 superó el 24% y la del primer trimestre de 2018 casi llega al 7%. Si bien la meta del Gobierno de Mauricio Macri era que este año no superara el 10%, en diciembre de 2017 extendió ese objetivo hasta el 15% y, con la crisis financiera de los últimos días, nadie cree que sea menor al 20%. Incluso algunas consultoras estiman que será mayor a la del año pasado.
En ese escenario (nada alentador, por cierto), en los supermercados y tiendas que venden productos masivos se advierte la profundización de una tendencia: el shopper “low cost”.
Según una investigación de Kantar Worldpanel, las marcas de bajo precio crecieron 3% en volumen en el primer trimestre, en relación con el mismo periodo del año pasado; mientras que las primeras marcas y las propias de los súper cayeron un 1%.
“Las marcas de bajo precio representan el 20% del gasto en consumo masivo de los hogares argentinos, y logran un desarrollo bastante homogéneo en todos los estratos de la población ya que su participación oscila entre un 17% en el nivel alto y medio y, hasta un 22% en el nivel bajo inferior”, dice el estudio.
Según Federico Filipponi, director comercial de Kantar Worldpanel, “cuando analizamos las marcas que más crecieron en los niveles socio económicos Alto y Medio en los últimos dos años, la mitad es de bajo precio”.
Dónde crecen las marcas “low price”
Si bien las marcas de bajo precio crecen en todos los segmentos de la población, se advierte una mayor venta en:
- Los hogares sin hijos
- y en las ciudades grandes, de más de 500 mil habitantes, del interior de Argentina.
En Rosario, por ejemplo, 29 de cada 100 pesos gastados por sus habitantes se destinan a marcas de bajo precio. En Córdoba, 25 pesos. La media nacional es 20.
Por otra parte, los que compran marcas low price adquieren más cantidades de productos en cada visita al punto de venta. “El hogar, aprovechando la diferencia de precio, se lleva hasta un 6% más de producto que cuando compra una primera marca, este efecto lo observamos principalmente en los lácteos, jugos en polvo y pañales descartables”, dice Filipponi.