“Su dolor no es mi dolor.

Provenimos del mismo territorio,

pero tenemos mapas distintos”

Disfuncional. ¿Un estilo o una perspectiva? Estar desalineado o roto desde un principio. Cada reflexión vertida en torno a un proyecto cuenta con dos características, por un lado y un poco menos complicadas de enlistar se encuentran las cuantitativas, en este espacio, podemos enumerar y ponderar bajo uno a diferentes criterios, por otro lado, tenemos las cualitativas, precisamente en estas características habita el desorden debido a la mirada subjetiva (humana) por la cual se tamizan.

Mi novela favorita del 2021: Entre los rotos, hace dos años etiqueté el texto de la joven escritora Alaíde Ventura Medina, como mi lectura favorita de aquel año, por supuesto, tratándose de una maestra en antropología, la narración encarnó en cada párrafo el aroma que solo produce el sudor de lo humano, una obra que página tras página conmueve y genera un suculento escozor, un mapa de un laberinto en el que cada escondrijo resguarda un espejo con reflejos diseñados para cada lector.

El desorden que tanto cautiva en los documentales, series de televisión y textos en los que se traducen las proezas de los emprendimientos de otros, las historias llevadas a la televisión que abordan fenómenos como la creación de Facebook, Spotify, por mencionar solo dos. La desalineación como un factor inherente de disrupción, confundir la ficción y la realidad es tal vez, el común denominador de masificar las historias para un mercado ávido de buenas (entretenidas) narrativas.

La historia de Julián, una abuela, un padre, una madre, una hermana y un gato, qué de particular podría existir en contar sobre de personajes tan comunes. Qué contaríamos de nuestra organización en un documental o novela, qué singularidad pudiesen contener nuestros procesos y sobre todo ¿bajo cuál voz elegiríamos narrar? Si bien es cierto la dirección de algún modo está obligada a la omnipresencia, por lo tanto esa voz se ajustaría a lo deseable, sin embargo, qué tanto estaremos dispuestos a un ejercicio de empatía y narrar la historia de nuestros negocios desde la perspectiva de otro miembro de la organización y aprender a ver a través de otra mirada, mirada que indudablemente compromete la actual visión, no de hacia dónde vamos, pero sí, nos otorga la oportunidad de observar de dónde venimos, y justo encima de este parador redescubrir lo que de facto nos conforma.

Lo entrañable y el sentido de pertenecer, un discurso que en apariencia asume el futuro como única posibilidad, la imposibilidad de un futuro común yace anclada a un pasado en plural que por naturaleza es distinto, al final podría tratarse solo de una familia dentro de otra, por tanto, valdría mucho o poco la pena evitar el error de desconocerla.