Tal como la regla de los 2 minutos que beneficia la productividad en las empresas (a partir del método Getting Things Done (GTD) desarrollado por David Allen), existen otras normas que incentivan diversas áreas, tal es el caso de la regla de 50-30-20.
Esta, impacta en las finanzas de quien la practica, debido a que se trata de un método de ahorro que presume de ser infalible.
De acuerdo con la regla, el 50 por ciento de las ganancias netas (libres de impuestos) de una persona o compañía, deberán destinarse a gastos necesarios. Estos son la vivienda, comida, impuestos sobre bienes necesarios, transporte, etcétera.
Es decir, quienes destinan más de 25 o 30 por ciento de sus ganancias netas a una renta, tal como ocurre en muchos casos en la Ciudad de México, no están realizando un manejo eficiente de sus finanzas.
En segundo término, el 30 por ciento deberá destinarse las inversiones destinadas a lo que no es necesario para vivir, pero que la entidad considera indispensable en su estilo de vida, como: Internet, gimnasio, gasto en mascotas, salidas, hobbies, servicios OTT, etcétera.
Finalmente llega la parte del 20 por ciento, la parte que pocos consideran y que la mayoría odia: el ahorro y la previsión del retiro así como también pagos de deudas contraídas.
Con esto, las finanzas de una persona física o moral deberían ser sanas y por tanto, se puede lograr una mejora económica a largo plazo.