En nuestro país, las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) dan 7 de cada 10 empleos y constituyen el 99.8 por ciento de las unidades empresariales, pero el 75 por ciento de los emprendimientos fallan, según la Secretaría de Economía.

Emprender y convertir un lanzamiento en un producto exitoso es un logro que pocos pueden saborear, ya que las grandes marcas, como Facebook, Airbnb, Uber, Google, iniciaron como startups, con presupuesto limitado pero con la consistencia a prueba de fracasos.

De acuerdo con el Huffington Post, el ex nadador olímpico, Michael Phelps, fue objeto de estudio también para marcas y mercadólogos, no solo por su exitosa y corta trayectoria, sino por su facilidad de ganar medallas y atribuyeron su éxito a su mentalidad, más que a su propia condición física.

Para analistas, el secreto de Phelps fue su preparación mental, debido a que además de ensayar físicamente todos los días, también lo hizo al imaginar todo tipo de fracasos, por lo que plantearon tres aspectos que proponen una idea sobre cómo se puede inspirar un emprendedor en un atleta olímpico.

¿Cómo la tecnología puede afectar un negocio? La tecnología es la amenaza de cualquier negocio, por lo que permanecer en la cima de las tendencias es crucial para no morir en el intento. Además, el empresario debe tener una comprensión profunda de lo que quieren sus clientes, es decir, entrevistarlos o simplemente escucharlos, con preguntas acerca de sus sueños o temores para averiguar un patrón de respuestas.

Rotación de empleados. Si bien es cierto que los empleados de tareas básicas son fáciles de reemplazar, salvo aquellos con mentalidad de resistencia, ya que podrían caer en manos de empresas competidoras. Para evitar dichas sorpresas, se recomienda documentar sus conocimientos y experiencias al elaborar contenidos, es decir anotar principios y procesos. Y es que una compañía que aprende de sus empleados crece mucho más rápido.

Preparar el negocio para un posible retiro. Una compañía siempre debe asegurarse que proporciona un producto o servicio que la gente necesita, es decir, sus necesidades físicas y psicológicas, puesto que no desaparecerán en un futuro. La mayoría de las marcas se apoyan en el marketing para estas labores, incrementando sus presupuestos y publicidad, mientras los competidores reducen ese gasto para poder sobrevivir.