Mientras Paulina Rubio se equivocó en la forma de sumarse a la tendencia #PrayforManchester y mostrarle sus condolencias a la cantante Ariana Grande, publicando: “oraciones para Adriana Lima y los presentes en su concierto”, en otras partes del mundo se burlaron de la tragedia.
Aunque el conductor Antonio Jiménez negó que su “chiste” era sin mala intención, lo cierto es que ha sido severamente criticado por comentar que:
Manchester Arena. Este estadio no tiene nada que ver con el del Manchester United ni con el del Manchester City, ¿verdad? ¿Me da la impresión o qué?
Antonio Jiménez,bazofia-presentador de @ElCascabel13tv ironiza de fútbol con 22muertos en Manchester
Vergüenza ajenapic.twitter.com/UK0BWYnG57— Tuco #DriveFor5 (@bstrongeli) 23 de mayo de 2017
Pero no fue el único caso de polémica, el periodista David Leavitt publicó también en Twitter que él casi muere luego de escuchar el canto de Ariana Grande:
El tuit del periodista que se burló de lo que pasó en Manchester y luego lo borró pic.twitter.com/3XaXeOGhJO
— Pau Watanabe (@WatanabePau) 23 de mayo de 2017
Posteriormente se disculpó por sus comentarios.
Sorry 4 offending. Didn’t realize the magnitude of the tragedy. I always make stupid jokes about whatevers trending. Condolences 2 families
— David Leavitt (@David_Leavitt) 23 de mayo de 2017
Por si no fuera suficiente, Telva minimizó la tragedia al publicar los looks de Ariana Grande, a propósito de la tragedia en Manchester, aunque después lo calificaron como un error.
Calificar lo de @telva como un error no es suficiente, ¿en qué cabeza cabe aprovecharse de una masacre para hacer publicidad? #socialmedia pic.twitter.com/WemcmzeXnS
— Alfredo Vela Zancada (@alfredovela) 23 de mayo de 2017
En los tres casos, el impacto negativo que generan en redes sociales, impacta directamente en su marca personal, ya que “deshumaniza” a los personajes y medio implicados.
El impacto negativo “pega” en el valor de marca, sobre todo si se considera que la reputación corporativa deriva en cuestiones económicas.
Sólo en México, el 90 por ciento de los ejecutivos menciona que la reputación es incluso más importante que la marca de sus productos, de acuerdo con Weber Shandwick.
De hecho, el Reputation Institute reportó que para el 65 por ciento de las empresas, la reputación corporativa tiene alta prioridad.
Es decir, las redes sociales y lo que se publica en ellas es un arma que si bien puede funcionar como publicidad e impulsar una marca, también puede impactar en cuestiones económicas luego de una falla.