-
De acuerdo con Tesla, su sistema Autopilot suma más de mil millones de millas sin incidentes
-
En estimaciones de Bloomberg, se han producido casi 260 mil unidades del Model 3 de la compañía
-
Para 2018, la marca de Elon Musk invirtió mil 460 millones de dólares en desarrollo e investigación
A finales de abril, Elon Musk hizo una gran promesa a los fanáticos de Tesla. El empresario sudafricano señaló que, para finales del próximo año, sus automóviles sería capaces de alcanzar el nivel cinco de conducción autónoma. Es decir, podrían viajar de un punto a otro, sin importar las condiciones climatológicas o de terreno, sin supervisión humana. No solo es una afirmación atrevida. En miras de los últimos acontecimientos, incluso parece mentira.
Mediante un tweet, la Administración Nacional de Seguridad Vial de los Estados Unidos (NHTSA) dio a conocer el reporte preliminar de un incidente todavía bajo investigación. De acuerdo con la dependencia, está haciendo averiguaciones de un choque ocurrido en marzo pasado en Florida. En el accidente, el dueño de un Tesla perdió la vida. Pero el detalle crucial es que el vehículo tenía activado el software Autopilot, que no fue capaz de evitar la colisión.
Según la NHTSA, tampoco el conductor del Tesla realizó maniobras evasivas. El reporte preliminar apunta que la víctima trató de tomar control del vehículo 10 segundos antes del impacto. Hasta ocho segundos después el Autopilot otorgó control manual al conductor. Ante la tragedia, la compañía de Musk presentó sus respetos. También reafirmó que, con las condiciones adecuadas, su software permite una experiencia de manejo mucho más segura.
Otro muerto para Tesla
La compañía de Elon Musk se ha visto envuelta en varios escándalos por los accidentes de su software. En junio pasado, un Tesla presuntamente aceleró antes de impactarse directamente contra una barrera de concreto, que tomó la vida del conductor. Los rivales de la compañía también tienen su récord. Uber tuvo un incidente fatal en Tempe en marzo de 2018. Y la subsidiaria de Google Waymo protagonizó un choque sin muertos en Arizona en junio pasado.
Pero es indudable que Tesla es la compañía que más incidentes fatales ha tenido. También es obvio que el incidente vuelve a poner en los reflectores en las tres principales barreras para la conducción autónoma. La tecnología todavía debe mejorar, pues tardó demasiado tiempo en reaccionar a los comandos del conductor. El público aún no está listo, pues la víctima del accidente reaccionó apenas 10 segundos antes que ocurriera el impacto.
Todavía más importante, hacen falta regulaciones claras en el entorno. Si bien es preliminar, el reporte de la NHTSA no pone la responsabilidad del choque ni en Tesla ni en el conductor. Es incierto si al final de la investigación se le podrá adjudicar la culpa del accidente a alguno de los actores. Pero la incertidumbre deja a la marca de Elon Musk expuesta. No solo abre la puerta a litigios legales, también podría dificultar el obtener permisos de circulación a futuro.
Esta incertidumbre, y de hecho el incidente mismo, también afecta a su reputación de marca. Tal vez Tesla sea capaz de desarrollar vehículos completamente autónomos y seguros para 2020. Pero si sigue protagonizando accidentes fatales en el camino, las ventas de sus modelos corren el riesgo de ser demasiado bajas. Considerando los problemas financieros que ya tienen, no necesitan más ponerse más barreras enfrente.