Mucho se ha hablado sobre las posibilidades que el mercado de acciones ofrece a los inversionistas, más allá de Wall Street.
La diversidad que este terreno ha ganado, tanto en términos de oferta de activos como en opciones de acceso, ha hecho de esta práctica algo muy alcanzable para cualquier persona desde la comodidad de su hogar.
Lo que hay que considerar
Aunque las opciones hoy son muchas y la posibilidad de convertirse en inversionista está a tan solo un clic, la realidad es que aventurarse sin una estrategia previa en este rubro sería un error que podría traducirse en una afectación al ahorro.
Por ello resulta importante tener una estrategia de inversión que permita explorar el mercado con mayores garantías de éxito. En términos generales hablamos de un plan que debe dar respuesta a preguntas básicas como ¿Cuál es el fin de cada inversión? ¿Cuál es la tesis general de inversión? ¿Qué componentes se tienen a mano para lograrlo?
Una respuesta certera en estos puntos facilita que cualquier inversión tenga mejores posibilidades de éxito..
Otras formas de inversión
Adicional a esto, es importante reconocer que existen diversas formas de inversión. Como se indicó previamente, entre las más populares están:
Inversiones de valor: El principio básico de esta estrategia tiene que ver con adquirir un activo cuyo precio está subvalorado (pasado por alto) por el mercado.
Inversión de crecimiento: Lejos de buscar una oferta como la anterior, este tipo de estrategia da prioridad a la búsqueda de potencial de crecimiento.
Inversión de impulso: Este tipo de estrategia está alineada con la búsqueda de acciones que experimentan una tendencia alcista, principalmente utilizando señales de indicadores técnicos como las medias móviles de 50 y 200 días, por ejemplo.
¿Qué es la inversión de impacto?
Aunque estas son las más comunes, no son las únicas. La evolución del mercado, así como las nuevas necesidad de los inversionistas han puesto en la mesa muchas otras formas de inversión adicionales que vale la pena reconocer.
Una de ellas es la inversión de impacto, misma que ha ganado popularidad en los años recientes, impulsada por las generaciones más jóvenes de inversionistas (generación Z y Millennial), por su potencial para contribuir positivamente al mundo en general.
Si bien el siglo anterior se centró en maximizar la eficiencia y la productividad –lo que a menudo se produjo a expensas de las preocupaciones ambientales y sociales–, el siglo XXI parece consistir en maximizar el impacto y garantizar que la riqueza que estamos creando realmente continúe teniendo un planeta para gastar en él. En otras palabras, se trata de inversiones con causa.
Un ejemplo de este tipo de inversión son los Smart Portfolios de eToro, en donde los inversionistas pueden invertir en canastas de compañías impactantes, como compañías de energía renovable verde, compañías que trabajan para curar el cáncer y la diabetes, compañías de cuidado de mascotas, compañías de medicamentos y vacunación, entre otras.