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De acuerdo con FiveThirtyEight, Trump solo tiene un índice de aprobación del 42.1 por ciento
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Únicamente durante las primeras dos semanas de su presidencia, el ex-magnate tuvo más apoyo que rechazo
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Hoy día, las redes sociales no son legalmente responsables por la mayor parte del contenido que publican sus usuarios
Donald Trump nunca ha sido un personaje sutil en la forma que aborda los retos políticos. En respuesta a los tiroteos masivos del fin de semana pasado, acusó abiertamente a la industria de los videojuegos del incidente. En el conflicto Estados Unidos (EEUU)-China, no teme forzar a compañías y agencias militares a prestarle ayuda. Contra las redes sociales, tampoco le apena acusarlas de censurar y restringir la libertad de expresión de sus aliados conservadores.
Pero el presidente de EEUU está listo para dar su siguiente golpe a las redes sociales. Según CNN, Trump está preparando una orden ejecutiva contra estas plataformas. El documento obligaría a plataformas como Facebook y Twitter a detener la presunta censura que sufre el mismo ex-magnate y otros agentes conservadores. Asimismo, obligaría a las autoridades federales a vigilar de cerca a las compañías para comprobar que sigan las nuevas normas.
Guerra entre redes sociales y Trump
Ya en otras ocasiones se han dado encuentros violentos entre las plataformas tecnológicas y el presidente estadounidense. En junio, Twitter lanzó una nueva herramienta para etiquetar aquellos mensajes de figuras políticas que violaban sus términos de servicio. Hace unos días, Trump también acusó a Google de querer sabotear su campaña para 2020. Desde entonces, las declaraciones en cuestión han desaparecido de su cuenta oficial.
Tiene sentido que Trump se aviente contra las redes sociales. De acuerdo con Axios, la gran mayoría de las personas creen que estas plataformas, junto con otras empresas de tecnología, tienen una alineación más de izquierda. Además varios agentes, como Bloomberg, Medium y Hubspot, han mostrado preocupación por cómo la presunta censura en Facebook y Twitter podría escalar a otros niveles. Por ejemplo, para silenciar a agentes que critican a las marcas.
Ciertamente hay una percepción exagerada sobre la censura contra figuras de derecha. Aquellas personas que han sido bloqueadas tenían un historial inflamatorio que debía ser atendido. Pero las redes sociales están abriendo la puerta a una gran discusión de libertad de expresión que probablemente vayan a perder. Las amenazas de Trump son solo el inicio, si estas empresas no manejan con cuidado su acercamiento al reto del lenguaje de odio.