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En lo que va de la pandemia, la COVID-19 ya ha infectado a más de 112 millones de personas en todo el mundo
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Durante su año de vida, este virus también se ha cobrado la vida de unas 2.5 millones de personas
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Sin embargo, muchos países están empezando a redoblar sus esfuerzos de vacunación en el corto y mediano plazo
Hay una posibilidad que irse a cortar el pelo, ir al dentista o visitar a alguien al hospital o un asilo desate un brote de COVID-19. De acuerdo con El Universal, así lo apunta un nuevo estudio del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Aoyama Gakuin, Japón. Tras una serie de experimentos, los investigadores determinaron que una conversación a una corta distancia basta para transmitir el virus. Esto, aún si las personas usan sus cubrebocas.
En sus pruebas, los especialistas analizaron la posibilidad de contagio por COVID-19 en varias situaciones de atención a clientes. Si una persona infectada habla sin cubrebocas hacia un paciente que está directamente abajo (por ejemplo, en una cita del dentista), las partículas del virus pueden causar un contagio. Si hay una conversación cara a cara, las gotículas se quedan cerca de la persona que las emitió. Pero si se inclina hacia adelante, pueden salir disparadas.
Lo anterior aplica con o sin cubrebocas, lo único que se necesita es que uno de los individuos hable y después se incline hacia adelante. Sin embargo, los investigadores también analizaron las dinámicas de posible transmisión de COVID-19 usando cubiertas plásticas para el rostro. Si bien no es 100 por ciento efectivo para detener la circulación del virus, sí ayuda a reducir el movimiento. Y por lo tanto, sería mucho más seguro su uso entre los prestadores de servicios.
Requisitos para la nueva normalidad
Más que alarmar a la población, estos descubrimientos hablan de la necesidad de tomar más en serio los mecanismos contra la COVID-19. Ya desde mediados del 2020 se hablaba de los peligros de reabrir demasiado rápido las economías luego de la pandemia. De acuerdo con agentes como el Rice | Kinder Institute, una reapertura acelerada podría ser más dañina para los países. Esto, porque la pandemia podría agravarse sin las reglas de protección adecuadas.
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Estas advertencias han probado ser dolorosamente proféticas en pleno 2021, cuando ya la mayoría de las economías esperaban haber salido de la crisis de la COVID-19. Por ejemplo, en Reino Unido se está trabajando para tratar de reactivar la economía para mediados del año. Sin embargo, de acuerdo con Sky News, no es una buena idea tratar de levantar todas las medidas al mismo tiempo. Si eso sucede, la pandemia podría extenderse incluso hasta 2022.
Como este estudio de Japón demuestra, sería un mejor acercamiento tratar de implementar medidas de protección entre toda la población. De otro modo, seguirá siendo un riesgo que la gente circule por las calles libremente por culpa de la COVID-19. Y es una visión que ya varios expertos han dado anteriormente. Ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo, según DW, que si no se toman precauciones entre toda la ciudadanía, la pandemia será aún peor.
Ni siquiera la vacuna basta contra la COVID-19
Hay otras razones por las que se debería tomar más en serio las medidas de protección contra la COVID-19. En julio se dio a conocer que la inmunidad contra la enfermedad, podría no ser suficientemente prolongada como para evitar que se siga propagando el virus. Esto es aún más cierto cuando esta protección se obtiene de una infección natural al microorganismo. Lo anterior pone en jaque la estrategia de países que están apostando a la inmunidad de rebaño.
Incluso las fórmulas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y otras, que han sido presumidas como la herramienta que traerá el final de la pandemia de COVID-19, no son infalibles. En enero se dio a conocer un estudio que aseguraba que incluso la inmunidad generado por las vacunas solo duraría unos cinco meses. No solo eso, sino que no sería suficiente para que la gente que ya está protegida no contagie a los demás, lo que hace necesario el uso de equipo protector.
