Tener un equipo eficiente es quizá una de las grandes preocupaciones que debería e robarle el sueño a cualquier ejecutivo. Desde la óptica y posición que sea leída, la fuerza laboral de una empresa es lo que hace la diferencia entre compañías exitosas y aquellas que no llegan ni siquiera al promedio.

La fórmula también funciona a la inversa. Las grandes fallas de una empresa en su mayoría están ligadas al rendimiento de sus colaboradores.

En este sentido recordemos los hallazgos de ResearchGate los cuales indican que la tasa de fracaso ante los cambios dentro de una empresa va de entre 70 y 90 por ciento, en donde la investigación cita el factor humano como la razón principal del fracaso.

Más allá del candidato correcto

Los desafíos para cumplir con éxito esta demanda son muchos. El primero que quizás viene a la mente es aquel que se relaciona con encontrar al candidato ideal para cubrir una vacante.

Para darnos una idea, basta con reconocer los datos del Instituto Politécnico Nacional que aseguran que el 50 por ciento de los empleadores en México tienen problemas para encontrar talento en tiempo y forma.

Si bien estas cifras plantean un gran reto, lo cierto es que encontrar al personal adecuado no es el mayor desafío.

Una vez que se ha encontrado a aquellos perfiles que prometen cubrir cabalmente una posición al interior de la organización, la tarea deberá estar en cultivar y hacer crecer dicho talento con miras a proveer a la empresa de mentes y profesiones que se mantengan en constante evolución para cubrir las cambiantes y complejas exigencias del mercado.

¿Quienes son los multiplicadores?

Esto tiene que ver con entender las fortalezas, debilidades y áreas de oportunidad particulares de cada empleado, terreno que aunque no es fácil de trabajar, al ser atendido de la manera correcta puede entregar grandes resultados.

El CEO de Apple, Tim Cook, es uno de los grandes líderes empresariales que es fiel a esta filosofía.

Así lo revelan desde Business Insider, al tiempo que indican que Cook forma parte de los altos directivos que en sus tareas de gestión aplican la metodología de control de empleados denominada: Los multiplicadores.

Para explicarlo, basta con ver de cerca lo que sucede con Tim Cook. El directivo de Apple es conocido por hacer a sus empleados una serie de cuestionamientos para aserrarse que cumplen con sus responsabilidades.

Tal como indica Mac Leander Kahney, autor del libro “Tim Cook: el genio que llevó a Apple al siguiente nivel”,  Cook “podría desgastar a la gente a través de una interminable serie de preguntas”.

La teoría se confirma con las anécdotas de algunas personas que ha colaborado de cerca con este líder empresarial. Steve Doil, que colaboró con él en el grupo de operaciones de Apple en 1998 refiere: “Te hará diez preguntas. Si las respondes correctamente, te preguntará otras diez. Si haces esto durante un año, comenzará a hacerte nueve. Te equivocarás y te preguntará 20 y luego 30”.

El por qué de las preguntas

Además de entender el nivel de comprensión que cada empleado tiene sobre sus labores, la gran cantidad de preguntas realizadas tiene como objetivo entender en dónde está la inteligencia del colaborador en cuestión.

Es decir, las preguntas de estos líderes no buscan responder si la persona que reclutan es inteligente sino de qué manera puede llegar a serlo. La pregunta crítica para estos líderes no es ‘¿Es inteligente esta persona?’, sino ‘¿De qué manera lo es?’.

La técnica no es un práctica propia de Tim Cook. Mark Parker, CEO de Nike, también es partidario de esta filosofía que, a decir de un análisis de Business Review, se trata promueve la innovación y crecimiento del personal de cualquier compañía.

A decir de la mencionada fuente, bajo el liderazgo de estos “multiplicadores”, los empleados no solo se sienten más inteligentes, sino que se vuelven más inteligentes”: “Este tipo de gerente cree que el intelecto está siempre evolucionando y puede cultivarse. El trabajo, tal como lo ve el multiplicador, es reunir a las personas adecuadas en un entorno que libere lo mejor pensando, y luego, observarlo todo desde lejos”.