Una aplicación para solicitar taxis (Easy Taxi) ofrece a sus pasajeros libros que pueden ser leídos durante el viaje, o llevarlos y devolverlos en un próximo recorrido.
La iniciativa, llamada BiblioTaxi, funciona en las tres ciudades más grandes de Argentina: Buenos Aires, Rosario y Córdoba, que entre ellas suman más de 7 millones de personas.
En Córdoba, donde el sistema desembarcó en octubre, ya son unos 50 los taxis que están recorriendo la ciudad como “bibliotecas móviles”. “Ya se repartieron más de 300 libros y los resultados superaron las expectativas”, publicó Vía Córdoba, agregando que los títulos que están circulando son, entre otros, “El Juguete Rabioso, Los Siete Locos, El Principito, El Diario de Ana Frank, El Arte de la Guerra, Primera Esquina Rota, El Mayor de mis Defectos y La Gansada”.
La génesis del proyecto estuvo en Brasil, a partir de una idea de un periodista local al que se le ocurrió fomentar el gusto por la lectura en los pasajeros de taxis de la ciudad de San Pablo, colocando textos y revistas en las unidades.
El sistema funciona también en algunas ciudades de Ecuador, Chile, Colombia, Perú y ahora también Argentina.
“El objetivo es hacer que los viajes sean distintos, que tengan un plus. En ese sentido, la plataforma viene innovando desde hace tiempo. Algunas de sus unidades son Pet Friendly, es decir, se puede viajar con las mascotas, y otras cuentan con cascos virtuales para ver contenido en 360º”, dijo Victoria Langdon, jefa de comunicación de Easy Taxi.
Según Langdon, “la gente se puede llevar un libro y también dejar uno y compartirlo con otros, creemos que subir a un taxi, y encontrarte libros para poder leer mientras viajas, ya predispone a tener un viaje diferente”.
Otra de las ideas es el karaoke en el taxi, iniciativa que por una determinada cantidad de días permitía viajar sin pagar a los que se animaran a cantar con un sistema de karaoke instalado en las unidades.
Mira cómo funcionaba con la gente:
Los taxistas buscan nuevas ideas en Argentina a partir del intento de desembarco de Uber. Si bien ocurrió en 2016, no ha podido funcionar legalmente, lo que les ha dado tiempo a los taxistas para intentar retener a los pasajeros. El problema de Uber estaría por solucionarse, toda vez que Justin Kintz, director de Asuntos Regulatorios de las Américas, reconoció que se equivocaron en Buenos Aires queriendo llegar de manera abrupta, sin negociar con las autoridades.