Colaborar siempre es importante, y este artículo lo demuestra ya que fue redactado en conjunto con mi amigo y socio Jorge Mauleón, director de Tecnología en Birth.
En las últimas semanas he tenido la oportunidad de participar en diversas reuniones con clientes. En todas, el elemento común ha sido la preocupación de estructurar estrategias diversas de comunicación para los colaboradores de las organizaciones.
De manera general, las empresas están requiriendo lograr cuatro objetivos clave: optimizar sus canales internos de comunicación, establecer vínculos sólidos con su personal, brindarles mejores herramientas para su trabajo y ofrecer reconocimiento puntual sobre sus acciones.
Para hacerlo, muchas recurren a los medios digitales para comunicarse con sus empleados. Este no es un concepto nuevo: en la década de los 90s tuvo auge el surgimiento de la intranet, o la red interna de la empresa. Su uso, al igual que el de email como en los newsletters o boletines, sigue siendo frecuente en la actualidad.
Pero el momento de esas estrategias ya pasó. Los cambios socioculturales de las nuevas generaciones y los avances tecnológicos plantean grandes retos que obligan a cualquier organización a cambiar el modo en el que se comunican internamente.
Las tendencias en la comunicación interna van de la mano con la transformación digital de las empresas. Por “transformación digital” me refiero a una reorganización que permita un mejor desarrollo y uso de la información que la empresa genera en sus actividades diarias con el fin de hacer mejores negocios. Esto, por supuesto, incluye a las actividades y el desarrollo de los colaboradores. Conocer información relevante sobre qué y de qué modo se está trabajando en la empresa, permite una percepción sumamente valiosa para la toma de decisiones del futuro de cualquier negocio.
Vivimos un momento en el que las personas que trabajan para nosotros se vuelven embajadores o influencers de marca hacia dentro y hacia fuera de la empresa. Los (ya no tan) nuevos medios digitales de uso masivo, como los smartphones, tabletas y otros recursos innovadores, nos obliga a contemplar el uso de nuevas plataformas para lograr una comunicación efectiva.
Las empresas tienen que comenzar YA (si no lo han hecho) a integrar procesos de transformación digital en su comunicación interna. La digitalización de los mensajes dejó de ser una opción y se convirtió en un mandamiento para promover la agilidad de los intercambios e interacciones.
Los beneficios de hacerlo son muy sólidos: difusión y retroalimentación instantánea, obtención de información y métricas, desarrollo de soft skills, capacitación permanente, herramientas de apoyo a seguimiento de procesos, interacción social entre colaboradores, dinámicas de motivación y reconocimiento, inducción de comportamientos deseados, etcétera.
Por último y lo más importante: desde un punto de vista muy humano, si son tomadas en cuenta mis necesidades y opiniones como individuo en cambios organizacionales, la respuesta como grupo es mayormente positiva. El diseño de los contenidos de comunicación interna, por consiguiente, deben estar orientados a alinear los objetivos y motivos personales con los de la organización.