• La vacuna de AstraZeneca se producirá en América Latina a través de un acuerdo conjunto con México y Argentina

• Durante su fase tres de pruebas, un par de pacientes aparentemente desarrollaron problemas potencialmente ligados a la fórmula

• Se espera que, al publicarse los resultados de estos análisis, se detallen qué provocó la reacción adversa en estos casos específicos

Una de las realidades más crudas de la vacuna anti-COVID es que, desde un inicio, se sabía que no iba a estar disponible a toda la población de inmediato. En los primeros meses, se van a gestionar las dosis disponibles estratégicamente para proteger primero a la población más vulnerable. Entre ellos, los adultos mayores, que tienden a ser más susceptibles a fallecer por el virus. Es por esta razón que son tan buenas noticias el reporte que compartió AstraZeneca.

El laboratorio, de acuerdo con Excélsior, acaba de publicar las conclusiones de su fase dos de pruebas para su vacuna anti-COVID en la revista The Lancet. Ahí, apunta que su fórmula no solo tiene un grado de efectividad superior al 90 por ciento entre la población joven, de entre 18 y 55 años. También para quienes tienen una edad más avanzada, parece que ofrece una protección similar. Los resultados, aunque prometedores, deben ser confirmados en fase tres.

De acuerdo con los expertos de AstraZeneca, era una preocupación que la vacuna no fuera igual de efectiva entre adultos mayores. Esto, porque esta población tiene un sistema inmune más débil, y por lo tanto no tiende a generar defensas con igual facilidad. Asimismo, advirtió que sus resultados podrían ofrecer una realidad no tan fidedigna, por las limitaciones de su muestra. Esto porque, entre los participantes más grandes, su edad promedio era 73-74 años.

Noticias positivas para la vacuna, pero con un detalle

Incluso con las reservas de AstraZeneca, la posibilidad que su fórmula sea también altamente efectiva entre adultos mayores es información esperanzadora. De acuerdo con Healthline, uno de los principales problemas en países como Estados Unidos (EEUU) y Reino Unido, al menos al inicio de la crisis, fue la infectividad entre adultos mayores. Como el virus se movió con gran velocidad entre esta población, las tasas de mortalidad se dispararon significativamente.

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Al mismo tiempo, es importante recordar que estos resultados se deben tomar con mucha precaución y no saltar a conclusiones. De acuerdo con el Washington Post, es justamente en las fases de pruebas que una vacuna tiende a mostrar problemas y fallos. Entre más avanzada sea la etapa de la investigación, hay más probabilidad que incluso una candidata prometedora no sea tan positiva como se esperaba. Por eso hasta AstraZeneca ha contextualizado su éxito.

También hay que recordar que la publicación de los resultados de forma oficial en una revista no es el último paso en comprobar la efectividad de una vacuna, fármaco o tratamiento. Ya lo mencionó Vox luego que Pfizer y BioNTech publicaran los resultados preliminares de su propia fórmula. Los comunicados de prensa o publicaciones científicas, por sí solos, no aseguran que un proyecto sea efectivo. Se deben someter los resultados al análisis de toda la comunidad.

Se cierra la carrera entre AstraZeneca y sus rivales

Por supuesto, no la vacuna de este laboratorio británico y la Universidad de Oxford han dado a conocer altas tasas de efectividad. De hecho, muchas de las fórmulas que más ruido hicieron en los últimos meses han presumido resultados preliminares similares. Moderna y Pfizer han dicho que sus fármacos tienen un 95 por ciento de efectividad para provocar una respuesta en contra de la COVID-19. Por su lado, Sputnik V ha presumido una tasa solo ligeramente menor.

Hay que recalcar que no es la única carrera que está en juego para el desarrollo de una vacuna anti-COVID. Los distintos países y regiones del mundo también tienen un interés particular en asegurar precios justos para las dosis. De esta forma, podrán ofrecérselas a sus ciudadanos a un costo adecuado, incluso gratuitamente. Sin embargo, cada laboratorio pondrá un precio que se ajuste a sus necesidades de negocio o a otras consideraciones económicas y políticas.