El anuncio de presencia de la mexicana Yalitza Aparicio entre las nominaciones al premio Oscar como mejor actriz por su participación en la cinta Roma, del realizador Alfonso Cuarón, coloca a la novel actriz en la mirada del mundo y el hecho llama la atención porque se trata de la primera participación de Aparicio en una producción profesional, un verdadero hito que potencia su branding personal a gran escala.

Pero no se trata de la primera ocasión en que personas sin una formación histriónica logran destacar en el mundo de la actuación y se colocan como atractivas marcas personales para posteriores proyectos.

Como Yalitza Aparicio con Cleo, la actriz estadounidense Gabourey Sidibe logró conmover al mundo con su caracterización de Precious. Como la mexicana, Sidibe atrapó la atención del jurado jurado de los premios Oscar y obtuvo la nominación como mejo actriz para la entrega de 2010.

Por su parte, el célebre cineasta español Luis Buñuel alcanzó el éxito con la realización de la película Virdiana, en 1961. En algunas de las secuencias, el director integró algunos indigentes que buscaron darle realismo a las escenas. El resultado fue la obtención de la Palma de oro en el festival de cine de Cannes, Francia,  como la mejor película de aquel año.

Cameos
Por su parte, algunas personalidades también han logrado proyectarse en el cine a través de cameos o apariciones especiales breves en las que logran llamar la atención de sus propios sectores. Uno de los más célebres fue el creativo del emporio Marvel, Stan Lee, quien solía aparecer en escenas de las películas de los personajes que él mismo creó.

Por su parte, la  modelo brasileña Gisele Bündchen tiene apariciones en la cinta norteamericana The Devil Wears Prada…

Como se puede ver, Aparicio no es la única actriz que descubrió sus cualidades sobre la marcha, en el set de filmación. Desde luego, gran parte del mérito para una actuación digna de una nominación al Oscar recae en la dirección, pero ni el mejor cineasta es capaz de hacer actual a las piedras o a personas que sencillamente no tienen la vocación.