Por Juan Cárdenas
Twitter: @Desautomatas
Hagan este ejercicio en una media hora que tengan esta semana o la siguiente, antes claro del 21 de Diciembre, pues entonces qué caso tendrá.
¿Cómo venderían el fin del mundo? ¿Qué promoverían? ¿Servicios, productos, despedidas, esperanza, últimos deseos?
Qué tal un kit que tenga un cuter, nunca se sabe cuando haga falta, una libreta para aquello de plasma ideas. Agua, cerillos. Un poco de Chocolate Abuelita para las noches de frio. O si de plano está helando, mejor una botella de Xtabentun.
Claro, en Rusia en vez de Xtabentun pondrían Vodka, jabón (limpios claro), medicina, cerillos también, un lazo (quizá por si nada funciona), y lo más previsor, una tarjeta de crédito en blanco para llenar a mano (por si las actuales llegaran a destruirse ¿verdad?).
Podrían ser kits para todo tipo de emergencia, o para las provocadas por terremotos. Además por supuesto dar opciones, el kit estándar, el familiar, o el kit económico, pues incluso en la sociedad post-apocalíptica habrá clases sociales, o ¿qué pensaban?
Uno más descardo podría incluir tapones para los oídos, al carajo, que pase siempre y cuando no me entere, un pretzel, una gorra para el cabello (antes muerta que despeinada ¿correcto?), y demás accesorios inútiles para el fin del mundo, o útiles para cualquier otro día.
Esta puede ser una buena práctica de creatividad, de motivación también… pero, y profundizando en el ejercicio, de reflexión. Pues, más que cómo y qué vender, para qué es la pregunta importante.
¿Para qué vender el Fin del Mundo? No habría ganancia, no habría extensión de contrato, ni les pagarían (bien sabemos que los clientes pagan de dos a tres meses después de hecho el trabajo). Su campaña no tendría replicas, ni ganaría premios. No les traería más clientes ni prestigio. ¿Para qué lo harían?
Y, ¿no sienten que alguna vez han estado ya ahí? Trabajando sin un sentido, sin un para qué, sin una proyección a futuro, simplemente atrapados en una coyuntura. O extendiendo quizá la estrategia a otros medios que no les aportarán nada, pero todo mundo lo hace así que, ¿por qué no? No pueden verse incompletos, incapaces, no pueden no competir.
Esta es la alegoría del fin del mundo en la comunicación, publicidad, mercadotecnia, y otros negocios: Trabajar para no ganar nada. Trabajar en vano, sin un para qué. Es importante identificarlo, no dejarse llevar, saber decir no, saber recapacitar y recomponer camino antes de que sea demasiado tarde.
Es cierto, debemos ser capaces de vender todo, y vaya si lo somos, simplemente vean la lista debajo, con los links a todos los ejemplos de arriba, pues no fueron inventados por mí, existen y pueden ir a comprar cualquiera de ellos; pero más allá de probarlo, hay que ser inteligentes en saber qué y para qué vender, y ya seguros y con una estrategia de negocio, pensar en el cómo.
- Just in case, por la agencia regiomontana Menosunocerouno.
- Stansport Emergency Survival Kit.
- Kit de la agencia rusa Marina Mendelson.
- Kit inútil para el fin del mundo.
¿Alguna otra que puedan recomendar?