Internacional.- Mientras el escándalo de Volkswagen sigue dando que hablar al mundo, una pregunta aún no tenía respuesta: ¿cómo se dieron cuenta del fraude con las emisiones de gases a la atmósfera? La respuesta: comparando con un BMW.
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Todo comenzó en Estados Unidos, cuando el Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT) encargó a investigadores de la Universidad de Virginia Occidental que hicieran pruebas a las emisiones de automóviles a diesel.
Eso ocurrió en 2013, cuando se comenzaron a hacer pruebas en tres autos: un Volkswagen Jetta 2012, un Volkswagen Passat 2013 y un BMW X5. “Nuestra hipótesis era que todos estos autos pasarían las pruebas. Pero los dos modelos de VW emitían más óxido de nitrógeno del permitido por la ley de los Estados Unidos, mientras que el tercer modelo, el BMW, estaba en general en los límites de lo permitido”, publicó ICCT.
Así, en mayo de 2014, el organismo con sede en Washington, San Francisco y Berlín, alertó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y a entes reguladores de California sobre sus hallazgos.
¿Cómo se dieron cuenta? La clave fue la prueba en el exterior y la comparación con otra marca alemana: BMW. Se realizaron en rutas con cinco características diferentes de conducción: desde urbanas hasta rurales. En esas pruebas en movimiento, las emisiones de óxido de nitrógeno del Jetta fueron entre 15 y 35 veces superiores a los límites establecidos por la EPA, y en lo referente al Passat, entre 5 y 20 veces superiores. Eso no ocurría en el caso del modelo de BMW.
“Sin embargo, las emisiones de los vehículos de Volkswagen cuando el automóvil estaba detenido se situaban en los límites de las normativas”, publicó La Voz.
Si bien los investigadores entienden que el soft instalado permitiría saber que están analizando los gases emitidos, esto es sólo una especulación. Lo que pasa es que aún no saben si el software detecta la falta de movimiento del volante o la desconexión del sistema de control de tracción, dos circunstancias que se producen cuando los vehículos son sometidos a pruebas estacionarias de emisiones.
En este sentido, Volkswagen no ha revelado todavía cómo funciona el software que permite trucar las emisiones.
“Lo único que hicimos fue abrir los ojos de los reguladores”, dijo Daniel Carder, el director interino del centro para combustibles alternativos, motores y emisiones de la Universidad de Virginia Occidental. Según El País, él no supo hasta el pasado viernes que el resultado del centro estaba siendo citado como argumento en el intercambio de cartas que la EPA intercambió con Volkswagen.
Más información: La carta con la que le comunicaron a VW el problema.