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De acuerdo con la automotriz japonesa, se trata de una estrategia de negocio que se ha llevado a cabo antes
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Sin embargo, empleados oficinistas de Honda han dicho que no tienen el entrenamiento suficiente para armar automóviles
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Incluso apuntan que no se les da ningún tipo de capacitación sino hasta que están en el piso de manufactura
Los efectos más graves de la pandemia se pudieron ver claramente en el sector automotriz. Y es que no solo fue una de las muchas empresas que no pudo vender durante la cuarentena. A la vez, tampoco pudo continuar con sus actividades de producción a raíz del constante riesgo de infección. Con la reapertura de la economía, los desafíos económicos han llevado a muchas marcas del sector a despedir a miles de empleados. Un caso notable, y contrario, es Honda.
De acuerdo con Road Show, la automotriz japonesa tiene una falta dolorosa de personal en una de sus plantas de manufactura en Ohio, Estados Unidos (EEUU). Específicamente, es sus instalaciones de Marysville. Parece que desde hace algunos días hay tan pocos obreros en las cadenas de producción que Honda le pidió al persona oficinista echar una mano. Así, desde investigadores hasta contadores y vendedores están armando nuevos vehículos para la marca.
Según Honda, en un inicio se trató de una medida opcional. A raíz del bajo nivel de voluntarios, se empezó a aplicar de forma obligatoria. La medida responde a que la planta tiene una gran carencia de trabajadores de cuello azul. Esto porque la amplia mayoría de ellos están en sus casas, recuperándose de posibles casos de COVID-19. La oficina local de la automotriz nipona confirmó la práctica, asegurando que responde tanto a la crisis como al aumento de demanda.
Honda muestra el mundo desconocido e impredecible del mercado post-COVID
La decisión de la automotriz nipona es radicalmente distinta a la que otras empresas en este mismo sector han tomado en los últimos meses. Por ejemplo, Nissan decidió despedir a dos centenares de empleados en México, mientras que decidió cerrar una planta en España. Por su lado, tanto Tesla como Chrysler decidieron realizar recortes al sueldo de sus trabajadores. También Renault decidió ejecutar un plan masivo de ajuste de personal a lo largo del mundo.
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Pero hay que volver a la extraordinaria situación de Honda. Primero, es una muestra de los verdaderos peligros de la pandemia, especialmente en espacios donde las personas deben trabajar codo a codo la mayor parte del día. La automotriz ciertamente no está feliz que se estén perdiendo actividades y productividad en las áreas de oficina, pero a estas alturas es un mal menor. Las empresas deben tener más cuidado para no verse en estos predicamentos.
También demuestra qué tan extremo es el mercado post-COVID. Las marcas deben de tomar la situación de Honda como una llamada de atención hacia el problema que implica la nueva normalidad. Por culpa de la crisis económica y sanitaria, las compañías apenas están por ver los peores retos en su cadena de suministro y sus procesos de producción. No solo deben estar al pendiente para evitarlos. Necesitan un plan de respuesta para reducir su impacto.
El peso del pilar humano
Con el caso de Honda también se reafirma la importancia del personal para la continuación de las operaciones de negocio de las compañías. Y es que demasiadas empresas han decidido despedir a sus colaboradores. En retail, con las puertas cerradas, hay miles de personas que están en la calle. A medida que empresas como Cinemex y Cinépolis planean terminar para siempre su operación en varios complejos, también reducen permanentemente su plantilla.
Por desgracia, lo que dan a entender las acciones de Honda y otros agentes del mercado, es que menosprecian la importancia de las personas a su modelo de negocio. En realidad, según INC, la gente es realmente el activo más importante de cualquier empresa, y uno en el que vale la pena invertir. De acuerdo con Naboe, un empleado muy motivado genera 24 por ciento más ventas que el promedio. Y Entrepreneur señala que el elemento humano es crucial en el éxito.