Esa es la pregunta y la respuesta aún no existe, pero las alternativas se siguen buscando. En un año en el que el regreso no está tanto condicionado por la película, sino por la confianza de que las salas son lugares seguros, estudios y salas siguen buscando la fórmula para recuperar la rentabilidad de un modelo que ha tenido en este año uno de los peores de su historia y que ha migrado a los espectadores a las plataformas.
Hasta el momento, la industria del cine ha aprendido o confirmado, según se prefiera, que los blockbusters son pieza clave. Sí, cuestan mucho y sí, deben, estrenarse de manera simultánea (o casi) en todo el mundo, pero a cambio recuperan, casi siempre, la inversión (entre 100-200 millones de dólares) con creces (alrededor del billón de dólares; el año pasado “Avengers: Endgame” estuvo cerca de llegar a los tres y hubo otros ocho títulos que superaron el billón) y desatan una serie de merchandising e ingresos derivados. En ese caso las salas son indispensable y para ellas, quizás aún más que los estudios, los títulos atractivos, las grandes producciones son la invitación a la fiesta. El gran tema para las salas ha sido precisamente el que los títulos que han llegado, salvo contadas excepciones (“Tenet”, “Las brujas”, “Nuevo orden”), han sido poco atractivos (cine independiente e internacional que es más del interés de público que es población de riesgo, mezclado con algunas de corte familiar y otras tantas comedias o de acción de bajo presupuesto) y también el hecho de que la publicidad a su alrededor ha sido nula, mientras que la oferta de plataformas ha sido constante, variada y atractiva (Netflix, la más fuerte, ahora estrena varias veces en una semana). Con su estreno casi simultáneo en salas y HBO, “Wonder Woman 1984” podría ofrecer una alternativa que convenga a estudios y salas.
Mientras esa respuesta llega, los estudios han encontrado como modelos viables para títulos de presupuestos menores el ofrecerlos en video por demanda o bien venderlos con un margen de ganancia a alguna plataforma.
Aún con lo anterior, en distintas maneras, la industria del cine, entiéndase los estudios, se las han ingeniado para sobrevivir. La gran sorpresa o quizás una predicción que se ha cumplido: China es el primer mercado para el cine y un mercado (aún más) clave para Hollywood. “Wonder Woman 1984”, con su presupuesto de 200 millones de dólares se estrenará en ese país y otros donde la cuarentena lo permita una semana antes que en la plataforma. Esa semana es clave, podría conseguir que la película recupere al menos 100 millones de dólares, poco menos de un tercio de lo que “Tenet” ha hecho hasta ahora. ¿Es posible? Sí, tanto que el filme que más ha recaudado este año es “The Eight Hundred”, una épica china de guerra que debutó con 118 millones de dólares y que al momento lleva más de 461, prácticamente el 100% obtenido en ese país. Ahora, ese hecho y lo que suceda con “Wonder Woman 1984” determinará cuán importante se vuelva y que tanto más se consolide, pero ésa no es la única cuestión. El título más taquillero del año es una película china y está siendo un gran negocio en su mismo país. La industria cinematográfica china, como la india, podría no requerir de Hollywood y eso puede ser una señal de alarma para la meca del cine, pero también un indicador para los países donde la asistencia regular es buena. 2020 sigue dejando aprendizajes para el cine.