La comunicación estratégica de una marca o una persona no se trata de de sólo enviar comunicados masivos de prensa a medios para que por cansancio sean publicados. La comunicación estratégica, hoy en día va mucho más allá que eso. Se trata de dirigir los discursos y narrativas de una marca para generar contenidos (información útil para sus audiencias y clientes) hacia los intereses de los accionistas de una marca o marca personales. Es decir, la comunicación estratégica es un director de orquesta que disecciona los esfuerzos de cómo hablan las marcas en sus vidas digitales y en su vida offline.
Hoy en día la comunicación estratégica la podríamos dividir en tres grandes particiones: El ADN de la marca que s trata de entender quién es la marca o el que comunica por qué lo comunica y a quién lo comunica. Qué quiere comunicar y por qué lo quiere comunicar. Las audiencias y sus circunstancias que al mismo tiempo son los clientes y el mercado. El secreto aquí es entender bien a quién se comunica y el mercado objetivo que al mismo tiempo es target, quien compa el producto o servicio. Puede ser uno o varios. El tercer pilar de la comunicación estratégica agrupa a a los medios de la comunicación, ya sean los medios tradicionales, los neo medios (la digitalidad) y por supuesto la publicidad que es una forma reiterativa de comunicación de la marca de forma persuasiva con innovación y repetición.
¿Cómo se ejecuta la comunicación estratégica en 2021?
La comunicación estratégica a partir de ahora se ejecuta con equilibrio. Caminando en un ecosistema entre lo online y lo offline. Los comunicadores estratégicos tienen que ser aliados de los medios tradicionales y generar contenido relevante con las mercas que representan para crear una reputación y un ADN consolidado y trascendente de la marca y las organizaciones.
El ecosistema perfecto de una merca posmoderna está creado para sobrevivir en cualquier situación de incertidumbre y vacío cultural que vendrá en los próximos años. Una marca fuerte consolidad, con mensajes centrales contundentes y adaptables a los vendavales de las circunstancias que nos rodean en estos momentos de transición. Una comunicación que sea efectiva en lo offline y en lo online. Tan poderosa pero sencilla de contagiar. Una comunicación estratégica que cuente historias agradables todos los días.