El home office se está convirtiendo rápidamente no solo en la tendencia actual, sino también en el futuro en el trabajo a distancia. Su recurrencia es evidente, tan es así, que México, como otros países, lo han incorporado a su ley del trabajo, que además de reconocerlo, incluye ya obligaciones para los patrones.

El teletrabajo tiene ventajas “tanto para los empleadores y los trabajadores como para sus comunidades en general” según un documento de la Organización Internacional del Trabajo, así que, por tanto, se hace indispensable que se regule en México.

Para nuestros diputados, los beneficios para las empresas que optan por el home office son “reducir la propagación de enfermedades, reducir costos, reducir consumo de energía y aumentar la productividad”. Mientras que para quienes trabajan en esa modalidad, le otorga más autonomía y organización de su jornada laboral, así como un menor tiempo de desplazamiento al lugar de trabajo, lo que se refleja en un mejor equilibrio entre vida personal y laboral.

Los ajustes a la ley incluyen obligaciones para patrones, como proporcionar los equipos necesarios para hacer el trabajo, como computadoras, sillas ergonómicas, impresoras, entre otros. También deberán asumir los costos derivados del trabajo, incluyendo, en su caso, el pago de servicios de internet y la parte proporcional de electricidad.

No obstante, hay una condición: las relaciones laborales que se contemplan como “teletrabajo” son aquellas en donde más del 40% de la relación laboral se realice a distancia.  Esto implica que el patrón tenga la obligación de “respetar el derecho a la desconexión de las personas trabajadoras al término de la jornada laboral” según se lee en el nuevo artículo 330 fracción VI de la Ley Federal del Trabajo.

Sin duda, la mayoría de los empleados están felices de trabajar de forma remota, la pandemia sirvió para poner a prueba en México está variante y acelerar el paso hacia una fuerza laboral que irá optando por el trabajo desde casa en el futuro. Estos son algunas de los motivos:

Estadísticas recientes muestran que en más de 180 países, los trabajadores remotos tienden a ganar más que los que asisten a la oficina, además, en su mayoría gozan de autonomía, lo que les permite realizar más de una tarea o proyecto y con la duración necesaria para ejecutarlas. Por lo tanto, se vuelven más rentables, no solo porque podrán aumentar sus ingresos, sino también reducir sus gastos.

Trabajar desde casa se traduce no solo en ahorros importantes en el tiempo; tiene otras claras ventajas como la reducción en gastos en transporte, gasolina, mantenimiento del auto, estacionamiento e incluso en alimentos.

Tampoco es necesario viajar grandes distancias: hay mucho estrés asociado con los desplazamientos que, a la larga, tienen un impacto adverso en la eficiencia y productividad. El nivel de productividad obtenido de un trabajador a distancia que labora en la comodidad de su hogar, no se puede comparar con el de sus colegas de oficina.

En el caso de reclutamiento, los empleadores tendrán una gran cantidad de opciones para seleccionar al mejor candidato prácticamente de cualquier parte del mundo, sin tener que preocuparse por los paquetes de reubicación; o estar restringidos a contratar profesionales locales que quizá carecen de habilidades requeridas. Esto por supuesto aplica en los dos sentidos, también crecerán las oportunidades para emplearse.

Existe una gran posibilidad para que los empleados puedan administrar mejor su tiempo, trabajo, familia y, aun así, disfrutar de otras actividades como entretenerse en su laptop al mismo tiempo seguir siendo productivos. Todo esto hecho desde la comodidad de sus hogares, sin la necesidad de estar sometido a un horario fijo.

Uno de los temas preocupantes, es el de la posibilidad de que surja un sentimiento de aislamiento y soledad, especialmente para los jóvenes, y esto podría ser perjudicial para su desempeño. Es necesario que las personas se sientan conectadas con su organización, compañeros de trabajo e incluso con el mundo exterior.

Una de las principales formas de conseguirlo, es mediante la celebración de reuniones de video periódicas, no necesariamente laborales, sino también con el propósito de interactuar entre sí. La socialización remota permite que todos se vinculen mejor, incluso más allá del entorno profesional.

En conclusión, hay investigaciones que muestran que uno es menos propenso a enfermarse cuando se trabaja desde casa y, a medida que la sociedad evoluciona, es indiscutible que trabajar desde casa es la nueva normalidad, y como vemos, con beneficios para todos: las empresas, los empleados y la sociedad en general.