“No agonizamos, nos organizamos”, mencionó Bono, vocalista de la banda de rock U2 en un concierto que dieron en la ciudad de Berlín, en el lanzamiento de su álbum “One”, en el año 1992. La canción fue inspirada tanto por problemas internos que ponían en riesgo la unión de su grupo, como por la caída y reunificación del muro de Berlín que se dio en 1989, siendo uno de los sucesos más importantes del siglo XX.
Dar y poder escuchar un mensaje de unión hacia el mundo era muy necesario, el timing del contexto social fue ideal, no sólo para contagiar sentimientos idealistas y de esperanza al mundo, sino también para implementar una extraordinaria estrategia de marketing en la industria de la música.
La situación actual, si bien, tiene a muchos extremadamente cansados, es un tema que aún no podemos dejar de abordar, especialmente con el objetivo de continuar encontrando y compartiendo soluciones y de continuar forzándonos a replantear la manera en que vivimos y trabajamos.
Las implicaciones de la crisis continuarán repercutiendo en cada país, en cada sector y en cada marca de manera distinta. Sin duda, esta pandemia, al igual que el Muro de Berlín e innumerables momentos críticos que ha sufrido y superado la humanidad, marcará un antes y un después. En todo lapso de tiempo hay continuación, por lo que sigue vigente la redundante pregunta: ¿Cómo seguir?
Considero que, entre muchos otros factores, la clave radica en organizarnos, llevar ideas y planes a la acción; la pasividad en los negocios no es opción y, mucho menos, en tiempos difíciles.
Sin duda, lo más importante es demostrar congruencia y autenticidad; hoy más que nunca, tenemos la responsabilidad de hacer y no solamente decir. Las campañas no pueden estar huecas, tampoco pueden solamente ser atractivas y emotivas, tienen que sustentarse con hechos y soluciones a problemas.
Es alentador ver cómo en México muchas marcas han reaccionado de manera proactiva ejecutando campañas de comunicación que mantienen el optimismo en sus públicos internos, consumidores y en la sociedad en general y, en paralelo, conservan y elevan la lealtad de marca.
En las ultimas semanas muchas organizaciones de diversos tamaños están encontrando y abriendo nuevas puertas, tirando muros y siendo más cercanos con sus equipos de trabajo y con sus públicos objetivo.
Gran ejemplo son aquellos restaurantes que, ante las limitantes, han encontrado la manera de entregar comida; se han organizado, cada día nos sorprenden con nuevas formas en sus empaques, en su logística, e incluso, algunos tienen la brillante idea de aprovechar el momento y dar a sus comensales mensajes que aportan confianza y estrechan el lazo, a pesar de la distancia.
Otro referente son los eventos virtuales, en donde la fórmula se ha invertido; normalmente, cuando uno organiza un evento presencial tiene que calcular un porcentaje de participantes invitados que no podrán asistir; por el contrario, en los webinars las audiencias son mayores a las previstas.
Algunos bancos se han reinventado acondicionando sus sucursales y organizando en turnos a su personal, integrando señalización, recursos y accesorios de seguridad e higiene.
Ciertas cadenas de retail se están estructurando para la reapertura y están utilizando diversos medios digitales para preparar a sus consumidores; transmiten mensajes empáticos y comparten sus estrategias internas que harán posible recibir a los clientes sin ponerlos en peligro.
Por lo tanto, a medida que el shock inicial de la crisis comienza a disminuir, es natural mirar hacia adelante y, sobre todo, no confiarse de más. Como individuos y empresas, hay que persistir considerando cada detalle de nuestra propia realidad para evitar que el dolor se convierta en agonía.