Una vez que las decisiones de compra se toman en 2.5 segundos y que entre el 80 y 90 por ciento de las mismas se realizan de manera inconsciente, según cifras publicadas en el artículo How Customers Thinks, el neuromarketing resulta fundamental en las estrategias.
Especialmente se trata de una rama básica cuando de motivar al consumidor en el punto de venta se trata, y en general en las estrategias de diversas áreas.
Se sabe que olores, colores o palabras resultan claves para que el consumidor relacione al producto o servicio con algo positivo o negativo, pero ¿cómo estar seguros de que una vez implementada la estrategia es efectiva?
La respuesta remite a la Neuropirámide Romano, la pirámide creada por Jaime Romano, CEO de Neuromarketing.org.mx.
Se trata de un sistema de medición de la actividad cerebral, que busca interpretar qué piensa y qué siente el consumidor durante cada una de las secuencias de su proceso.
Una estrategia de neuromarketing sería efectiva si alcanza la etapa final: Motivación de compra. Cuando un anuncio publicitario llega a este punto, el mensaje habría conectado con el consumidor.
Antes debe pasar por seis etapas más, algo nada fácil de lograr: atención, estímulos sensoriales, parte emocional, parte racional freno regulador de la conducta, conducta verbal y finalmente llegaría al motivador de compra.
Esto coincide con lo expuesto por el especialista e investigador en neuromarketing y neuro-innovación, Jürgen Klaric, quien reveló que hay tres tipos de cerebro relacionados con el proceso de compra: racional, emocional y -según sus palabras- el que más vende: supervivencia. Según el especialista, la gente no compra por motivos racionales, compra por motivos emocionales.