Los primeros días de enero la motivación por cumplir los propósitos de Año Nuevo está en el punto más alto del año. Este 2018 no es la excepción y uno de los objetivos principales, además de bajar de peso, radica en cambiar de empleo.
De acuerdo con el portal de empleo Bumeran.com, el 90 por ciento de los mexicanos trabajadores consideró que sólo se quedarían en un empleo dependiendo de la relación con su jefe, el impacto del trabajo en su vida profesional, y de no ser así, el 56 por ciento “abandonaría el empleo”.
Sin embargo, muchos profesionales no saben que existe un proceso a seguir previo a presentar una renuncia, a modo de no afectar la marca personal, sino que incluso tenga un impacto positivo.
Para ello, es necesario encontrar un nuevo trabajo antes de renunciar, asegurándose de tener el contrato o bien, estableciendo el negocio propio, en el caso pertinente. La seguridad financiera es tan importante como el crecimiento profesional.
Una vez encontrado, lo correcto es solicitar días para dejar todo en orden en la compañía que se abandona. El número de días es proporcional con el buen o mal desempeño que se realizó.
Es decir, se necesitan más días para quienes desarrollaron un papel destacado porque algunas horas no serán suficientes para compartir todas las funciones que requerirán cubrirse con la partida.
De ser posible, entre 10 o 15 días de aviso serán suficientes para que la firma tenga la oportunidad de hallar un reemplazo.
Si no se tiene la oportunidad del lapso, es ideal dejar un informe de lo que se realizó y cómo, esto además de facilitar las funciones del equipo que se deja, es una constancia de la aportación del empleado en cuestión y hasta puede servirle como una autoevaluación.
Al final, lo más importante es poner en práctica la ética de la que todo profesional está obligado a demostrar.
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