Es parte de nuestra naturaleza como seres humanos experimentar todo tipo de emociones durante nuestra vida o incluso diferentes estados de ánimo en un mismo día.
Pero, ¿qué sucede cuando nos vemos influenciados a contagiados por el estado de ánimo de otras personas? ¿Es común que si alguien en la oficina o nuestra casa está de mal humor o muy feliz pueda afectarnos? Seguro que sí. Las emociones dentro de nuestra casa o más aún dentro de nuestro trabajo se contagian fácilmente.
Los seres humanos tenemos una tendencia innata a contagiarnos de las emociones y los estados de ánimo de las demás personas. Es un proceso primitivo, automático e inconsciente.
Se dice incluso que las emociones se pueden contagiar a través de las redes sociales. Según un estudio publicado en la Revista Plos One lo que las personas publican en su red social puede afectar a otras personas de su grupo de amigos.
Con los datos de millones de usuarios de Facebook, vieron el impacto negativo que tenía un día de lluvia en algún los muros de Facebook de algunas personas y como éstos a su vez afectaban los estados de ánimo de sus amigos en otras ciudades donde no estaban experimentado lluvia.
Si bien es cierto, no hay nada más aterrador y desgastante que entrar en una sala de juntas, un departamento o una empresa en donde se permea un ambiente de stress, de ansiedad, de ira, de negatividad.
¿Cómo podemos entonces evitar el contagio de las emociones negativas? A continuación algunas recomendaciones:
Ser consciente de que emoción tienes TÚ: Lo mas importante es reconocer como nos sentimos, si estamos de buen humor, con energía y mucho ánimo vamos por buen camino. Tratemos de contagiar a los demás con ese espíritu de buena voluntad. Si no es un buen día, quizá no valga la pena comentarlo e intentar pasar desapercibido nuestro mal humor o enojo. Controlarlo. Nadie quiere oír quejas de los demás y las personas negativas son aquéllas de las que todo el mundo huye con facilidad.
Pon un alto a tiempo: Decide poner una barrera y un freno a todo aquél momento o a toda aquélla persona que pueda afectar negativamente en tu estado de ánimo. No permitas que nadie robe tu alegría y positivismo ni caigas en la trampa de engancharte con el mal rollo de los demás. Aprende a apartarte de situaciones que te desgasten y afecten. Despedirse a tiempo de forma cordial puede ser lo más sano.
No presupongas nada: En muchas ocasiones nos formamos juicios y tomamos decisiones erróneas al presuponer que sabemos de la situación o la persona. Muchas relaciones se quebrantan porque presuponemos cosas que quizá ni existen. Hay personas que mediante sus actitudes, palabras o gestos pudieran parecer agresivos o hirientes, cuando su intención no es esa. Si es muy evidente que la emoción está a flor de piel y que el estado de ánimo o situación es negativa está bien, pero de otra forma no presupongas nunca nada. Pregunta si tienes duda, acércate de buena forma e intenta colaborar y arreglar la situación de una forma proactiva, no construyas historias en tu mente cuando las cosas no están claras o no conoces suficientemente bien el porque esa persona reacciona como lo hace.
Tienes el control: Nadie absolutamente nadie tiene el poder y el control sobre tus emociones. Es difícil de poner en práctica y mas aún no dejarnos afectar, pero es cierto que uno es responsable de lo que siente, piensa y como actúa en consecuencia. Sé empático con la gente que no se siente bien, que no está pasando por un buen momento, con aquéllos que sufren y no pueden ver la vida de una forma positiva; pero…no te dejes afectar. Tienes el poder de decidir como quieres vivir cada día y hasta que punto alguien te puede sacar de tus casillas o hacerte inmensamente feliz.
Hay una frase en inglés muy conocida que dice: “If mama ain’t happy, ain’t nobody happy” que traducido al español sería “ Si mamá no es feliz, nadie es feliz” yo digo que resulta sorprendente darnos cuenta de la capacidad que tenemos a través de nuestras emociones de contagiar a los demás, habrá que decidir día a día si proyectamos pura mala vibra, o… mucha luz que brilla.
Besos azules