- La percepción de la “marca” de cada candidato es clave para determinar los resultados, más allá de sus propuestas.
- La marca personal de Trump como “outsider” que desafía el establishment ha sido clave para conectar con votantes que desconfían de las instituciones.
- La marca de Biden como “hombre común” se ha visto erosionada por la inflación y estancamiento salarial durante su mandato.
Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos se perfilan como una batalla de marcas tanto como de políticas. Hasta ahora, todo indica que los candidatos serán Joe Biden y Donald Trump, que se preparan para enfrentarse nuevamente. Aunque ahora hay dudas luego del mal desempeño del demócrata en el debate (te contamos sobre eso en Merca2.0).
Expertos en marketing político consultados por AdWeek afirman que, más allá de los programas y propuestas, la forma en que los votantes perciben la “marca” de cada candidato es clave a la hora de determinar el resultado.
La gente vota más por la identidad y la imagen de los candidatos que por sus políticas concretas, aseguran.
Biden y Trump
En el caso de Trump, su marca personal como el “outsider” que desafía el establishment ha sido clave para conectar con una parte del electorado que desconfía de las instituciones tradicionales.
Hay un grupo de personas que simplemente creen en él y en su marca, sin importar lo que haga, porque no confían en el sistema.
Por su parte, la marca de Biden se ha construido en torno a la imagen del “hombre común” con raíces humildes, algo que le ha permitido captar el voto de los trabajadores.
Sin embargo, la inflación y el estancamiento salarial durante su mandato han erosionado en cierta medida esa percepción.
Los analistas consultados por AdWeek dicen que, de ser candidato, tendrá que ajustar cuidadosamente su mensaje, mostrando empatía sin socavar su competencia económica.
Trump como Milei, dos buenas marcas
Incluso los escándalos y procesos judiciales que han rodeado a ambos candidatos parecen haber tenido un impacto limitado en sus respectivas marcas.
Todo lo malo que le sucede a Trump en el mundo convencional se transforma en algo positivo en su mundo, dice el artículo más compartido de ese portal.
Y a pesar de las múltiples acusaciones en su contra, el exmandatario sigue contando con un núcleo duro de seguidores que confían ciegamente en su marca.
Algo parecido ocurre con Javier Milei en Argentina.
La evolución de estas marcas personales ha sido constante a lo largo de los años, adaptándose a los cambios en el entorno político y social.
“Vender” la imagen
Desde los inicios de la televisión, los candidatos han recurrido a estrategias de marketing para “vender” su imagen al electorado, algo que se ha intensificado en la era digital.
Las marcas que elegimos reflejan más nuestras identidades sociales y sentimientos compartidos que nuestras preferencias políticas. Y en un panorama cada vez más polarizado, la capacidad de los candidatos para conectar emocionalmente con los votantes a través de sus marcas personales puede ser decisiva.
Según AdWeek, a medida que Biden y Trump se preparan para su próximo enfrentamiento, la batalla por conquistar el corazón y la mente de los electores se librará tanto en las urnas como en el campo de la percepción y la imagen de marca.
El resultado de esta contienda podría marcar un nuevo hito en la creciente importancia de los factores emocionales y de identidad en la política estadounidense.
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