En la vida moderna, los estilos de vida han sido objeto de estudio para diferentes disciplinas. La publicidad, el marketing y su íntima relación con el comportamiento de los consumidores, ha dejado expuesto que se puede sacar provecho de los segmentos al tomar aquellas características que los propios compradores resaltan en el mercado.
El estilo de vida saludable o healthy es uno de los casos en el cual las marcas han adoptado las tendencias que las mismas personas crean. El consumidor healthy pertenece a un colectivo que busca opciones para vivir más y con mejor salud, ya que anhela una calidad de vida superior. Y para lograr esto, requiere de la conjunción de varios factores que le permitan cumplir con dicho cometido.
Por lo menos las últimas cuatro generaciones demuestran interés en esto último. Conforme al estudio titulado Estilos de vida generacionales de Nielsen, la mitad de los participantes consultados alrededor del mundo señalan que están dispuestos a pagar un precio premium por comida que brinde beneficios a la salud. Los más jóvenes son líderes en esta decisión con el 81 y 78 por ciento de la Generación Y (Millennials) y Z, respectivamente, que afirmaron preferir pagar más por este tipo de alimentos. Al igual que las etiquetas de “bajo en sodio” o “bajo en azúcar”, que son un poco más atractivas para consumidores mayores (Generación X y Boomers), aunque siguen siendo una alternativa recurrente para los Millennials.
Lo anterior está relacionado directamente con las decisiones de las personas en el punto de venta, y su elección por productos del tipo healthy. De acuerdo al sitio Psychology Today, un ser humano adulto toma alrededor de 35 mil decisiones al día. De este promedio, 226.7 se relacionan con la comida.
En los anaqueles se encuentran alimentos y bebidas acordes al estilo de vida saludable, los cuales se ven reflejados en marcas que ofrecen una gama amplia de opciones y porciones, mismas que representan un imán para los consumidores afines a conceptos como el perfil nutrimental, ingredientes e incluso el sabor.
De aquí que la industria alimenticia desarrolle productos acordes a este segmento saludable. Coca-Cola, por ejemplo, presentó este año una línea nueva llamada Sin Azúcar, que sustituye a sus populares versiones Zero y Life. Este nuevo producto está dirigido a fomentar e impulsar el consumo de bebidas sin este ingrediente y sin contenido calórico, atendiendo así las demandas de personas que requieren alternativas de alimentos que tienen impacto en los hábitos de consumo. Otra muestra la encontramos en Grupo Bimbo con su Pan Cero Cero que no tiene grasa ni azúcar adicionada. De esta manera, los consumidores healthy pueden tener un mayor control de la ingesta calórica que tanto les interesa, y que a la vez se adapta a sus gustos, necesidades y modo de vida.
Productos de esta naturaleza logran ser más llamativos para el segmento healthy. Gracias, en parte, a que se pueden integrar de manera fácil y rápida a una dieta equilibrada.
Estrategias similares en la industria han brindado resultados positivos. Tan sólo en los Estados Unidos, el valor del mercado healthy y wellness fue de 166.27 billones de dólares el año pasado, según Euromonitor. Y de paso, se ocupan de las necesidades y los gustos que el consumidor demanda, al sumar distintas opciones que satisfacen los deseos de las personas por reforzar sus hábitos saludables.