El día de hoy quiero platicar con ustedes de un tema que se puede percibir como controversial, pero no es la idea que sea así, y es el cómo poder ir introduciendo a nuestros hijos en el mundo del vino.
La primera parte de la que tenemos que hablar es que el vino es cultura, y cada vez más en México la cultura del vino está creciendo, permeando a las nuevas generaciones que empiezan a identificar el vino como parte de los alimentos.
El vino se encuentra cada día más en las mesas mexicanas y por ende se entiende como un alimento más en nuestro día a día. Los niños lo identifican y a su vez les genera curiosidad.
El introducir a nuestros hijos no tiene nada que ver con dejarlos tomar vino, sino más bien el prepararlos para poder estar listos para apreciar el vino cuando tengan la edad suficiente
Para prepararlos podemos irles hablando de la parte teórica del vino como puede ser: el tipo de vino, su proceso de elaboración, las reglas de maridaje, etc. Pero lo que considero más importante es ir entrenando a los niños en cuanto a los aromas y los sabores en general.
Para los aromas, cada que puedan hagan que sus hijos puedan oler cada uno de los ingredientes de su día a día, todas las frutas, verduras, el aire libre, comida cruda, cocida, molida, etc.
En cuanto a los sabores es lo mismo, que vayan probando la mayor cantidad de alimentos, sabores, ingredientes.
La idea de esto es que los niños puedan estar listos a apreciar todo lo que está en los vinos, tanto en la parte olfativa como en la gustativa y así van a poder disfrutar no solo el vino, si no la comida en general.
Espero que esta información les sea útil y que puedan ir difundiendo la cultura del vino, empezando con los niños.