La integración de un equipo productivo y eficiente puede convertirse en uno de los principales activos y, por consiguiente, en uno de los pilares del éxito de cualquier corporación. La integración y optimización de recursos nos permite mejorar nuestro desempeño tanto personal como colectivo y por consiguiente alcanzar las metas que deseamos de una manera mucho más fácil que si lo intentáramos solos.
Trabajar en equipo puede potenciar exponencialmente los límites de productividad y eficiencia de cada individuo que colabora en un fin común. Es decir, suma la fuerza de trabajo de cada persona y multiplica su potencial al trabajar en conjunto. Cabe mencionar que no se trata de más horas de trabajo aportadas por más individuos hacia una actividad, sino de mayor calidad y eficiencia aportada por una unidad de personas que no sólo aportan más trabajo, sino que incrementan el tope del límite personal que cada integrante del equipo alcanzaría de manera individual.
Así pues, integrar un equipo en el que se responsabilice a todos los participantes del logro de las metas, es una de las mejores formas en la que se puede “garantizar” los resultados dentro de una organización. Esto no sólo se debe al incremento en las probabilidades para cumplir los objetivos colectivos, sino por las considerables mejoras en el clima laboral y en la retención de talento.
A continuación, te comparto las 7 premisas que considero más importantes para integrar un equipo de trabajo poderoso, eficiente y productivo:
Compacta al grupo
La cohesión de un grupo le permite a sus integrantes comunicarse eficazmente y contribuir equitativamente a producir algo mayor que lo que podrían sumar las partes individuales. Así en la medida en la que un grupo sea lo más compacto posible, podrá aprovechar en mayor medida el potencial individual de sus integrantes, en pro de los objetivos colectivos.
Suma las diferencias
Como bien dijo Steven Covey: “La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes”. Un equipo de trabajo heterogéneo se complementa de mucho mejor manera que un grupo de integrantes con las mismas características. Y, aunque en un equipo diverso exista el riesgo de conflictos, es muy cierto que para lograr soluciones sinérgicas se requiere de múltiples ideas y aproximaciones.
Establece una visión común
Un equipo que comparte una visión, se enfoca, se energiza y obtiene confianza. Sabe hacia dónde se dirige y por qué debe llegar ahí. Clarificar las direcciones de un equipo en una tarea o trabajo. Implica que cada miembro del equipo debe comprender no sólo qué debe hacer, sino también para que lo debe hacer.
Establece los roles del equipo
Siempre habrá una actividad predominante en la que cada integrante de un equipo aportará el mayor valor agregado. Cada persona tiene talentos y habilidades que, si son identificados y explotados, en las actividades más. Las mayores oportunidades de crecimiento de una persona siempre serán en las áreas de mayor fortaleza de dicho individuo.
Mantén un liderazgo
Aunque se logre formar un buen grupo de trabajo, siempre se necesitará la intervención de alguien que funja como líder. La habilidad de conectar con los demás, de generar ideas y compartirlas claramente, la capacidad de proyectar pasión y la actitud que se adopta ante las situaciones del día a día, jamás son iguales en los integrantes del equipo. Así pues, es importante encontrar a aquella persona que sea capaz de sacar lo mejor de cada individuo y del equipo en su conjunto, que pueda conectar mejor que nadie con demás y que logre poner un ambiente amigable y motivante para que las ideas fluyan.
Crea un sentido de pertenencia
Todas las personas necesitamos sentirnos parte de algo. El factor más poderoso en la creación de equipos es el desarrollo de una identidad en común. Entre más alto sea el sentido de pertenencia que tengamos hacia nuestro equipo, mayor disposición tendremos a entregarnos hacia los objetivos de dicho grupo. Recuerda definir qué identifica a los integrantes de tu equipo, fija los valores que regirán la entidad colectiva y haz que cada miembro esté consciente de su impacto en el equipo (para bien y para mal).
Genera tu Plan de contingencia
En un equipo siempre habrá diferencias entre sus integrantes. Aunque en la generalidad siempre se pueden dirimir los desacuerdos, hay disputas en las que simplemente cada lado tiene una “razón”. Así pues, es sumamente importante contar con un plan de contingencia que marque con claridad los pasos a seguir, en caso de que surja dicha situación. En la medida en la que los integrantes del equipo entiendan que hay reglas del juego claras e imparciales, las diferencias personales no trascenderán significativamente y el equipo se mantendrá compacto, enfocado y motivado.
Por supuesto que podemos hablar muchas cosas más para integrar un equipo de trabajo sólido y poderoso. Sin embargo, considero que estas 7 premisas son las más importantes que debes considerar para integrar al tuyo. Comparte tus experiencias y sígueme en @carlosluer. Nos seguimos leyendo por aquí.