La sociedad es cada vez más exigente con las empresas y ve con lupa cómo estas se comportan con su entorno. La RSE se ha convertido prácticamente en una obligación. Sin embargo, a la hora de ponerla en marcha hay que tener en cuenta algunos aspectos.
En contra de lo que pueda parecer, existe un elevado número de pymes que tienen incorporada la responsabilidad social empresarial en su modelo de negocio. La diferencia con respecto a las grandes compañías en este sentido es que sus iniciativas tienen menos visibilidad y que, incluso en algunos casos, es posible que ni las propias empresas sean conscientes de que actúan de forma responsable.
Los datos reflejan también el interés de las pymes por esta materia, y es que, según las cifras de Forética, la asociación de empresas y profesionales de la RSE líder en España y Latinoamérica, que tiene como misión fomentar la cultura de la gestión ética y la responsabilidad social dotando a las organizaciones de conocimiento y herramientas útiles para desarrollar con éxito un modelo de negocio competitivo y sostenible, más del 80% de la demanda para obtener la certificación de la SGE 21 (relativa a la gestión ética) corresponde a pequeños y medianos negocios.
Para realizar una buena gestión de la responsabilidad social es importante definir previamente los objetivos, así como comprobar periódicamente si se están cumpliendo para ver si la estrategia definida por la empresa está surtiendo el efecto deseado. Según Forética, éstas son algunas claves para desarrollar un modelo de RSE:
-Este tipo de empresas debe tener en cuenta las diferencias que les separan de las grandes compañías y, por tanto, de la necesidad de adaptar los planes y medidas a su tamaño. El cuaderno de Forética, Las 30 Reglas de Oro de la RSE para la pyme, recuerda que estas deben centrarse más en las ventajas competitivas que puede aportar esta forma de gestión, que en aspectos como la reputación, que suele ser el principal acicate para muchas grandes empresas.
-Es importante que la pyme conozca las diferentes facetas en las que puede actuar de forma responsable. Los expertos recuerdan que este concepto va mucho más allá de las colaboraciones solidarias con ONG´s. Desde la selección de proveedores hasta el uso de materiales sostenibles, son muchas las áreas del negocio que pueden colaborar con la RSE, un concepto que debe ser transversal y empapar a toda la organización (y no limitarse a un departamento específico).
-La medición de los resultados permite a la empresa no solo mejorar progresivamente su estrategia, sino también comunicar sus actividades en esta materia. Como ya se mencionó, este no debe ser el fin último de la implantación de la responsabilidad social, pero es cierto que ayuda a crear marca y puede convencer a muchos consumidores, que son cada vez más exigentes con las organizaciones.
-La implantación de un código ético y de valores puede convertirse en el primer paso para desarrollar una estrategia de RSE. En muchos casos, las pymes ya cuentan con una serie de reglas no escritas que componen su código, aunque no sean conscientes de ello. Es importante que todos los miembros de la organización conozcan dichos valores y los apliquen en el desempeño de sus tareas.
En México, El Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), otorga el distintivo de Empresa Socialmente Responsable a aquellas entidades que acrediten una conducta identificada con la sustentabilidad y con las demandas de la sociedad, acreditadas con el cumplimiento de una normatividad en su vinculación con sus interlocutores internos y externos. Es una asociación civil fundada en diciembre de 1988, una institución privada, no lucrativa.